jueves, 2 de julio de 2020

Mundial de escritura Día 2

Escribí esto para el segundo día del Mundial de escritura. 
La consigna, no cumplida a rajatabla, era "qué historia contarías si te estuvieras por morir".

¿Sabes en qué estaba pensando mientras se incendiaba el departamento? En que nunca voy a tener empleados.
No los necesito porque trabajo independiente y antes lo hacía relación de dependencia. Me daría pánico tener que pagarle el sueldo a alguien todos los meses.
Tenemos a Nancy, claro, que es empleada. Hace 4 meses que le pagamos el sueldo para que se quede en su casa. Antes venía a casa 3 horas por día de lunes a viernes a limpiar, cocinar y cuidar a Guada un poco. Le pagamos un sueldo, 1600 pesos de viáticos por mes y unas cargas sociales que están en AFIP por ahí perdidas.
Eso es lo más parecido a un empleado que he tenido. Es, en realidad, estrictamente un empleado. Algunos amigos míos lo llaman “ayuda”. Otros le dicen “la chica que limpia”. Otros pocos la llaman empleada. AFIP les dice “empleadas de casas particulares”.
Nadie le dice mucama.
¿Tan grave es decir mucama?
El tipo de la panchería de acá a la vuelta está solo en el local. Me dijo, “ni en pedo, nunca más tomo empleados”. Mi amigo Tomás, que tiene una inmobiliaria les dice juicios. ¿Cuántos empleados tenés? “5. 5 juicios”.
Yo pienso que nunca voy a tener empleados, pero me angustia. Es mejor ir liviano, pero poder decir “tengo 7 personas trabajando conmigo” me suena re pulenta. Es como un acto de realización social. Llegaste. Conquistaste.
¿Qué me llevo de casa mientras escapo de un edificio en llamas? La laptop, seguro. ¿Libros? Me gustaría, pero suena bastante boludo. ¿Para qué?
En el especial de Netflix de Adam Sandler, Sandman canta una canción que se me viene a la mente. “Phone, wallet, keys”. Lo reivindico a Sandler entre las llamas. Ese especial es una droga. Lo vi 14 veces. El humor del tipo es mucho más fino de lo que pensaba. Va mucho más allá de tetas-pedo-culo.
¿Lo viste? Está en Netflix. Se llama algo de Fresh. El tipo hace el show en diferentes venues. Algunos más chicos, como el Comic Strip, otros medianos, otros para más de 2000 personas  y uno al aire libre. Todo muy bien montado.
Además de contar chistes malos, Sandler canta, toca la guitarra y hasta se despacha con un aceptable solo cuando le canta a su amigo muerto, un tal Chris Farley. Yo no lo conocía, pero era otro de sus amigos de SNL, de esos que siempre están en las películas de él.
Las llaves no las necesito, pero los documentos y el teléfono sí. Nunca perdí mis llaves, nunca. Tengo las mismas llaves de la casa de mis viejos, las que recibí a los 11 años cuando me convertí en hombre. Pasaron casi 30 años y las sigo teniendo.
Tampoco tengo billetera. Tengo un portadocumentos que compré desde un dudoso aviso de Instagram, cuando se podían comprar cosas. Me lo mandaron de China y tardó como 2 meses en llegar. Todo el mundo me dice: “¡Qué bueno que está!”.
Cuando me pasa eso aprovecho para sacar los documentos y empezar a mostrarlos. Una vez, en un coworking, la chica que atendía me pidió que le deje ver el registro. Me contó que ella estaba haciendo el trámite para sacar la licencia de conducir en Florencio Varela.
Pasaron dos horas, ya había terminado de trabajar, de tomar el café y de mostrar los documentos. Me di cuenta de que me quería chamuyar. Siempre fui lento, perezoso y atontao. En este caso, por suerte.

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