viernes, 31 de octubre de 2014

Reinvidiación Halloween

Aunque todavía sea una fiesta snob en la Argentina, tengo los mejores recuerdos de ese Halloween que tuvimos la oportunidad de experimentar en vivo en Lincoln Road.
La foto -ilustrativa- es de los amigos disfrazados de soldados de juguete alla Toy Story. El mejor disfraz ever.
Tardé un año en sacar a este post del borrador
Happy Halloween!

Sí Comic Sans

Pese a todo, acá bancamos a la Comic Sans.
Nuestra batalla, está dicho, es en contra de la detestable Brush Script,

jueves, 30 de octubre de 2014

Friends envejece mucho mejor que HIMYM


Pido a los santos del cielo que ayuden mi pensamiento y aclaren mi entendimiento. Hace mucho que no escribo algo de más de dos párrafos con argumentos. Cada vez cuesta más dedicarle tiempo a contar algo por acá, pero sigo teniendo ganas de hacerlo, a pesar de todo.
Tengo los mejores recuerdos de How I Met Your Mother, una de las últimas series con la que nos enganchamos completamente y seguimos con fruición. Cuesta encontrar contenidos que suelten sonrisas de las sinceras y la historia de Ted, Barney y compañía me había atrapado y encariñado lo suficiente como para recordar los episodios al otro día y volverme a reír.
Bien.
Todo duró un par de años, hasta que terminó la serie este año.
Bien.
Hace unas semanas, acordándome de Mary the Paralegal, uno de los episodios que más me había hecho reír apreté play en Netflix con el objetivo de reencontrarme con la serie. Me divertí, recordé buenos momentos, me sacó unas sonrisas y alguna carcajada. Pero todo estaba ahí, no había nada nuevo, ningún detalle que haya quedado escondido en mi cerebro y haya explotado de alegría cuando fue redescubierto.
Ayer volví a intentarlo. Busqué Lucky Penny, ese donde Barney corre la maratón de NY sin entrenamiento previo. Misma sensación. Buena historia, leve sonrisa y nada más. Conclusión: el humor se quedó en el tiempo.
Todo esto me sirvió para reafirmar convicciones: Friends es la mejor comedia de la historia de la televisión. Porque tiene episodios que vi más de 30 veces y todavía me hacen reír fuerte. Porque tiene detalles escondidos que aún todavía sigo descubriendo. Porque las historias, los chistes y los personajes son inmortales.
Gracias amigos. Y gracias HIMYM también, ya nos volveremos a encontrar.
 

lunes, 27 de octubre de 2014

Cartón lleno, Pedro

¿Fin de una etapa?
¡Vamos Pedro!

jueves, 16 de octubre de 2014

Cavallo-Buitres-Cristina

La primera vez que escuché la palabra fondos buitre fue la noche del sábado 1° de diciembre de 2001. El país se caía a pedazos en casi todos los sentidos posibles y Mingo anunciaba el corralito por cadena nacional.
Recuerdo más o menos las palabras finales. Decía: Yo les voy a decir quiénes son los verdaderos enemigos de la Argentina. El enemigo de la Argentina no es ni el FMI, ni los bancos ni las empresas. El enemigo de la Argentina son los fondos buitre.
No está el video de esa cadena en YouTube, pero sí encontré esta columna en donde un asesor de prensa cuenta los entretelones de ese discurso y cómo se incorporó esa idea al texto.
De ahí en adelante, todo fue para peor.
Yo, por mi parte por aquel entonces, recibí algunos días después la noticia de que mi primer trabajo terminaba abruptamente a fin de año. Y 5 días después de ese sábado participé de de una reunión de la agencia en cuestión en el restaurant Teatriz de Recoleta. En la mesa de al lado había una reunión política con gobernadores, ex ministros, diputados, senadores. El menos conocido de ellos, por aquel entonces: un tal Néstor Kirchner.
Aunque Cavallo y Kirchner eran amigos en los 90, para el actual Gobierno no hay nada más lejano a la manera de concebir el país, la política económica que el pelado de ojos azules saltones. Sin embargo, los enemigos son los mismos.
En el buscador de La Nación, que es bastante malo dice que en 2001 hay apenas 12 notas con menciones es a los fondos buitre.
Pero en 2014 hay más de 1300.
Con mucha más beligerancia que en 2001 y otro contexto político muy diferente, el enemigo sigue siendo el mismo.

Berlín, lejos


Hace tres años me puse un límite de 1000 días para conocer Londres. Sin quererla ni beberla, la presión hizo efecto y xx días después salió un viaje de trabajo a la capital de UK que después se repitió al año siguiente.
En el entusiasmo del éxito, decidí redoblar la apuesta y me propuse conocer Berlín en el mismo plazo. Venció el 24 de agosto pasado, pasaron ya 52 días del deadline y no hay planes ni perspectivas de viaje. A seguir participando. Scheisse.

martes, 14 de octubre de 2014

Mi pequeña princesa

Si pudiera, me quedaría observándote durmiendo toda la noche, abrazada a la frazada rosa y sosteniendo el perro de peluche.
Un año puede ser una eternidad y un instante, las dos cosas. A veces, parece que fue ayer la madrugada de ese domingo inmóvil en el cual partimos caminando al sanatorio que quedaba a la vuelta de casa. Otros días recuerdo todo lo que hemos pasado durante todo este tiempo, y es mucho. Mudanzas, vacaciones, dientes, médicos, comidas, aplausos, enfermedades (pocas), golpes (algunos), mamaderas, pañales. Todo en perfecta armonía. Y hasta un día, mientras Mamá se recuperaba de una operación, descubrimos que estabas dando tus primeros reales primeros pasos. ¡Tan pronto! Y ahora también balbuceas unos sonidos similares a palabras. ¿Decís “agua” igual que Pedro?”
Qué suerte que tenemos de tenerte.

¡Feliz primer cumpleaños!