jueves, 25 de febrero de 2010

Friends

Otra entrada en la cual involucro a Agus. En este caso para contar que somos fanáticos de la serie Friends, aquella que Warner puso en el aire entre 1994 y 2004.
Desde hace casi tres años, todas las noches nos dormimos viendo alguno de los 238 episodios de las 10 temporadas. Los capítulos van rotando en un loop permanente casi todas las noches desde 2007 (no tenemos cable y hasta el año pasado ni siquiera agarrábamos los canales de aire) con lo cual los 6 amigos se convirtieron en una parada obligatoria que nos acompaña hasta que conseguimos conciliar el sueño. Debemos haber visto al menos 20 o 30 veces cada episodio. Eso sin contar que ya los vimos en vivo en su momento más todas las veces que los enganchamos en alguna casa con cable.
Todo esto no hace más que hablar bien de la serie. Si después de todo esto no solo no nos cansamos sino que además nos seguimos riendo (a veces con muchas ganas) quiere decir que un poco bien hecha tiene que estar Friends. Algunos chistes se quedaron en el tiempo, está bien, ya pasaron más de 15 años desde el estreno, pero nunca dijimos hasta ahora "Basta, no soporto más esto, sacalo".
Somos fánaticos (otra vez, creo que yo lo soy más que Agus) y si fuera una materia que tuviese que rendir me sacaría un 10 con los ojos cerrados. De Friends es de los pocos temas que le puedo decir a cualquiera "preguntame que sé más que vos seguro".
Gracias Rachel, Mónica, Phoebee, Joey, Chandler, Ross y todos los Friends. Acá va nuestro homenaje: las 10 temporadas que cuelgan orgullosas arriba de la televisión.

martes, 23 de febrero de 2010

Pebete... ¿P.B.T.?


A mis 29 (casi 30) años acabo de enterarme de que el viejo y querido pan pebete se escribe en realidad P.B.T.
Mientras hacía la fila para comprar en la panadería Las Victorias (una de mis panaderías de cabecera) se me ocurrió levantar la vista para revisar la pizarra negra con las letras intercambiables en donde publica la lista de precios y, para mi sorpresa, aparecieron las siglas. Un poco de investigación a la vuelta y descubrí que P.B.T. corresponde a Pan Blanco Tostado. Para mi igualmente siempre será pebete...

domingo, 21 de febrero de 2010

Rompecabezas



Con Agus, mi mujer, nos gusta armar rompecabezas. Es un hobby de jubilados, pero nos encanta -creo que a mí más que a ella- sentarnos horas a desentrañar los misterios de un universo de mil piezas o más.
Cada año armamos uno o dos rompes, los "congelamos" y los archivamos para que en un futuro puedan exhibirse orgullosos en el cuarto de los rompecabezas de nuestra casa que todavía no tenemos.
Este invierno, temporada alta para el armado de puzzles, ya quedamos con mis abuelos para juntarnos a armar un rompecabezas cuyo motivo debe estar cuidadosamente seleccionado previamente (no se trata de armar por armar, detrás de cada rompe tiene que haber una razón).
Estos son algunos de los rompecabezas que armamos juntos. Es muy difícil sacarle fotos: o salen fuera de foco o quemadas por el flash, esto es lo mejor que pude hacer:

  1. Luchtime atop a skycraper, la famosa foto de los obreros en el andamio. Es muy difícil armar un rompecabezas de una foto en blanco, negro y miles de grises (1000 piezas)



  2. Las Meninas, la obra de Velazquez, comprada en la mismísima tienda del Museo del Prado (1000 piezas)



  3. Lady with fan, de Klimt, regalo de cumpleaños 2009; si se observa bien se alcanza a ver el detalle de la esquina inferior izquierda que falta (1000 piezas)



  4. Casablanca, el afiche de promoción de la película. Una compra impulsiva para pasar el invierno pasado (1000 piezas)



jueves, 18 de febrero de 2010

Coldplay y las frases hechas

"Llega la banda que se convirtió en un clásico 20 años antes de ser un clásico"
Me gustó mucho la idea (frase hecha) del comercial de radio de Movistar y Nokia para presentar a Coldplay. En algo más de 10 años de carrera, estos ingleses consiguieron meterse en el olimpo de las grandes bandas de estadio con una cantidad interesante de hits perdurables que creo seguiremos tarareando en 20 años o más. Los veo como con ganas de ser una de esas bandas eternas como los Rolling Stones o U2, que siguen girando después de 30 años cada vez que se cansan de dormir sobre sus millones.
Me gusta Colplay, pero no tanto. No voy a estar esta vez en River para verlos. Tal vez la próxima. Dentro de 20 años, o menos.

lunes, 15 de febrero de 2010

Gracias por el helado (argentino)



La noticia pasó casi desapercibida en los medios hace unas semanas: Argentina, tercera en el Campeonato Mundial de Heladeria (copio el link del portal gastronómiconet porque es realmente el único que le dio una cobertura más o menos decente. Estuve buscando y los medios más importantes le dieron poca o nada de bola al tema).
El equipo argentino que participó en “Coppa del mondo della gelatteria 2010” en Rimini, Italia, en el marco del Salón Internacional de Heladería, Pastelería y Panificación Artesanal, obtuvo el tercer lugar. Traducido, los helados argentinos están en el podio de los mejores del mundo, compuesto por Francia (primero), Suiza (segundo) y el bronce es compartido por nuestro país y Marruecos.

domingo, 14 de febrero de 2010

Muy injusto

¿Por qué los hombres no podemos usar cartera? Me refiero a una cartera en el sentido argentino del término. Aquel bolso pseudoelegante que las chicas llenan de cosas de las cuales el 70 por ciento nunca necesitan ¿Por qué si las mujeres se cuelgan una cartera al hombro les queda bien y si nosotros lo hacemos nos vemos así?:

¿Que nos queda a nosotros los hombres? ¿Dónde podemos meter billetera, llaves, celular, monedas y alguna cosa más para darle un respiro a nuestro recargados bolsillos? La opción más conservadora -diría- son las mochilas. Son muy prácticas para ir de excursión a la montaña, pero no son tan cómodas para andar por la ciudad. No, definitivamente no son lo mismo que las carteras. Ni tampoco dan muy buena imagen en los ámbitos formales del trabajo.

martes, 9 de febrero de 2010

Semáforos buena onda


Mientras pensaba cómo arrancar un post (¿entrada?) sobre semáforos ?! me dí cuenta de que el tema me interesa mucho. Me acuerdo, por ejemplo, que en Sudáfrica los llaman robots y no traffic light como estaba acostumbrado a conocerlos hasta ese entonces. El dato no es menor si uno está perdido en lugar en donde encima se maneja por el otro lado y le dan indicaciones para llegar al hotel entre las cuales le dicen que tiene que seguir por la avenida y doblar cuando llegue al "robot".

viernes, 5 de febrero de 2010

¿Yo? ¡Argentino!



Me gustan mucho las historias de los argentinos o pseudoargentinos triunfando en el exterior. Tanto que tal vez establezca este tema como una sección fija dentro de este blog. Cada vez que aparece uno de estos personajes que son grossos en el mundo y están ligados (generalmente a través de un vínculo muy débil y lejano) a nuestro país devoro toda su biografía y siento una especie de nacionalismo muy elemental y cholulo. Desde Viggo Mortensen hasta el guitarrista de The Strokes que es ahijado de Mónica Gonzaga, no puedo resistir a conocer a fondo las historias de esta gente, como si el hecho de estar ligada vagamente a la Argentina los hiciera mejores profesionales.
El portal deportivo Cancha Llena descubre hoy la historia de Austin Collie, un canadiense ?! que "será el protagonista argentino del evento deportivo-económico más importante de Estados Unidos, la 44° edición del Super Bowl". La noticia no está mal, ya que el Superbowl es realmente EL evento deportivo de este fin de semana, independientemente de lo que nos importe a los argentinos. Pero la información se queda a mitad de camino. Esta vez, me parece, se les fue de las manos. En el afan por forzar la argentinidad de Austin, la nota sólo aporta dos datos: que el futbolista tiene "familiares" argentinos (no aclara el grado de la relación) y cita al jugador comentando que estuvo dos veces en nuestro país "como misionero". "La misión fue una gran experiencia de vida y muy gratificante porque tuve la oportunidad de madurar rápido porque algunas cosas fueron duras", dice Collie. ¿Y el resto?

martes, 2 de febrero de 2010

Cerveja bem gelada

¿Cuál es la temperatura ideal para tomar una cerveza? A mí me gusta tomarla bien fría, cuanto más fría mejor, más en estos días de calor. Por eso, a veces me llaman fundamentalista; no todos piensan lo mismo. Estuve investigando un poco y los cervezólogos (primos bobos de los enólogos) opinan que tiene que ser entre los 8 y 5 grados C°. Para mí se quedan cortísimos.
Más de una vez escuché que en Alemania, que para el imaginario popular es el lugar del mundo donde más saben sobre tomar cerveza, la toman apenas más fría que la temperatura ambiente. La razón tiene que ver con que si se la enfría mucho la bebida se pierde el sabor de sus propiedades. Esta información circuló mucho en la época del Mundial 2006. Nunca me tocó visitar las tierras germanas, pero sí estuve una vez con un alemán que negó esa versión. Sea o no sea cierto, me parece un sacrilegio dejar calentar la cerveza para descubrir propiedades que no sacian la sed en un día de calor.
No importa, a lo que voy es que para mí los que sí saben de tomar cerveza son los hermanos brasileños. Ahí sí me tocó vivir la experiencia de tomar una loira bem gelada, pero fría en serio. De hecho, en muchos bares y restauranes del país vecino las heladeras de cerveza exhiben orgullosas su temperatura interior, que oscila entre los -4 y -8 celsius.
Hace unos días, me llevé una grata sorpresa cuando me encontré con esas mismas heladeras en un bar de Gualeguaychú. Seguramente, muchas otras de estas heladeras deben andar por ahí, mucho más cerca. Esa es la que vi yo.
Brindaré por ellas cada vez que descubra una... lo haré, por supuesto, con una cerveza bien helada.

Razones para no tener un blog

Me resulta bastante contradictorio empezar este proyecto. A lo largo de estos últimos años he seguido de cerca la ¿evolución? de muchos blogs. He visto famosos y anónimos presentar a puro entusiasmo sus bitácoras, postear frenéticamente primero, intermitentemente después y, finalmente, desinflarse luego de un tiempo prudencial de unos meses o unos años. Hoy, la Web está llena de proyectos blogeriles inconclusos, abandonados como viejas barcazas oxidadas a la vera del Riachuelo.
Nunca me entusiasmó mucho la idea de mantener un sitio como este. Me gusta escribir, pero tenía varias razones tontas para no hacerlo en un blog. ¿Para qué armar uno si después de un tiempo lo voy a abandonar, si no tengo ninguna idea salvadora que lo haga crecer exponencialmente en popularidad? ¿Me voy a convertir en un blogger cuando muchos de los personajes de esta tribu que yo conozco me parecen unos nabos?
Pero acá estoy posteando, aunque me dé cosa leer esa palabra y más todavía pronunciarla. Posteando para no sé quién, pero posteando. ¿Y qué es lo que salva a este blog de su inexorable caída en desgracia y posterior abandono? Probablemente nada.
¿Y de qué se trata este blog? Tampoco está muy claro. ¿Un blog personal? Puede ser, aunque más sería más acertado hablar de blog de personaje. No conozco a nadie que se muestre tal cual es en este entorno. Me da la sensación de que siempre queremos (me incluyo) aparentar ser los mejores, los que más saben, los dueños de la verdad absoluta. Quise encontrar un dominio con un nombre original y descubrí que todas mis ideas eran frases hechas que ya estaban ocupadas en Blogger. Finalmente, quedé en ponerle mi nombre, o algo parecido. El título quedó con mi nombre y la descripción acusa “Reflexiones imprecisas sobre los pequeños placeres”. Son apenas algunas de las frases hechas que creí geniales y no lo eran porque a otro se le habían ocurrido muchísimo antes que a mí. Pero la idea me sigue gustando. Me gustan los pequeños placeres, esos que se presentan de manera efímera y hacen que la vida sea un poquito mejor. Y me gusta divagar sobre lo intrascendente como si fuera lo importante.
En todo caso, si andan por acá, pasen y lean, como quien dice.