viernes, 30 de noviembre de 2012

Canciones que me gustan para terminar el mes

El de hoy será el primero de (espero) varios posts que arbitrariamente publicaré el último día del mes con canciones que me gustan. Veremos cómo sale.
All The Young Dudes - Mott The Hoople
Conocí este tema primero hace muchos años en la versión de David Bowie que estaba en el disco de The Best of David Bowie 1969/1974 que me prestó el Cholo, comentarista eventual de este blog. Más tarde me enteré de que el Duque Blanco escribió esta canción para darle un éxito comercial a sus amigos de Mott the Hoople en los 70s y salvarlos de la separación.
Esta canción tiene todo lo que un buen tema debe tener:
Empieza con un solo
Una letra bastante explícita que cuenta una historia (una historia bastante deprimente)
Un puente que incrementa la tensión
Un estribillo sencillo y fácil de repetir
Un final en fade, repitiendo el estribillo y el solo (salvo en la versión en vivo)

jueves, 29 de noviembre de 2012

Taa-yoo

(la anécdota fue mucho más divertida y reveladora en vivo. Es difícil poner en palabras y trasladar al teclado la sensación de padres, pero acá va el esfuerzo)
 En el cuarto en donde juega en la casa de sus abuelos, Pedro se resiste a salir. El padre lo cambia, la madre recoge los juguetes y lo arrastra hasta afuera. En el camino hacia afuera balbucea unas palabras incomprensibles.
-Taa-aayo
-¿Qué?
 Pedro señala con su dedo índice muy pequeño en diagonal hacia arriba. Hay varios estantes de vidrio en la pared; cada uno soporta el peso de muchos objetos encima.
-Ayoo ta rriba.
-¿Arriba? ¿qué hay?
 -Ayyoou
-¿La foca? ¿el oso?
-Ta-ayo, ¡arriba!
-¿el oso? pero si al oso le decís oso, ¿la caja?
-Ayo Ayo Ayo
Giro la cabeza hacia la madre. -¿Vos entendés qué dice?
-No, ¿qué hay, Pedro? ¿La foto? ¿el adorno?
-Ayoo
A la quinta vez que le preguntamos qué era lo que quería decir, Pedro se cansó de balabrear y tomó cartas en el asunto. Se desprendió de mi mano, se tiró encima del canasto de juguetes y buscó uno en especial hasta que lo encontró: un juego didáctico con cuatro botones que esconden animales de la granja. Apretó el botón en el casillero 2 y salió disparada la figura de plástico de una cabeza de caballo. Volvimos a mirar arriba y vimos que en el último estante a la derecha había un adorno de cerámica con la figura de dos caballos marrones.
Y ahí entendimos todo.
-Ah, ¡caballo! Pero si sabés decir caballo bien. ¿Por qué no decís caballo?
No importó si lo pronunció bien o mal, o si retrocedió en su aprendizaje de la palabra. Se había tomado el trabajo de explicar, relacionar, comparar, contextualizar y hacer comprender con tanta tozudez que los dos padres nos emocionamos.

martes, 27 de noviembre de 2012

Mascote fiasco, agora com nome

Hace unos dos meses -con una dosis alta de indignación- critiqué a la mascota del Mundial Brasil 2014. Por aquel entonces todavía faltaba la decisión acerca de cómo se llamaría el bicho. El post terminaba con un análisis de los nombres en danza (Amijubi, Fuleco, Zuzeco) y una sentencia un tanto arriesgada de mi parte: "Me juego una pierna que el nombre va a ser Fuleco". Bueno, ayer se conoció la identidad del armadillo y, para bien de mi miembro inferior, el elegido fue...(redoblantes)...¡Fuleco! La de ayer no fue mi primera incursión en el terreno de las predicciones. En 2010, 6 meses antes de que la FIFA elija las sedes de los Mundiales 2018 y 2022 me la jugué por Rusia y Qatar y la pegué. Nada más.

jueves, 22 de noviembre de 2012

Pequeños placeres

Temprano, muy temprano, en una mañana de enero hace dos años hice click para crear este blog. Dudé mucho y le di varias veces al cancelar hasta que por fin apreté aceptar para pedir el nombre del dominio: unmigone. No fue un nombre elegido con convicción sino más bien todo lo contrario, resignación. Había ensayado otras ideas para bautizar al blog; la mayoría eran frases hechas como "mucho de nada" o "un poco de todo" que -obvio- ya estaban usadas. Finalmente desistí y pedí a Blogger que me deje usar el mismo encabezado que mi dirección de email. ¡Estaba disponible! unmigone no soy yo y sí soy yo. Hay un poco de verdad, algo de exageración y bastante de personaje en lo que digo. A la distancia, creo que fue un acierto haber llamado así a este blog. Pero faltaba algo más porque el blog no era temático; no hablaba de fútbol, de cine ni de autos. Por más de que no quiero promocionar este lugar fuera de mis contactos personales me pareció que hacía falta una bajada para poder darle una coherencia que aglutine a toda una catarata de posts inconexos. Ahí apareció el tema de los pequeños placeres que también surgió de manera natural. "Reflexiones imprecisas acerca de los pequeños placeres" dice el encabezado abajo del nombre. Nuevamente, a la distancia, también fue una buena cosa haber traido a mi mundo esa cuestión. No fueron muchas, sin embargo, las oportunidades en las cuales me encargué de darle un marco teórico a los pequeños placeres. Algo de eso hay en la parte de datos personales que está a la derecha. Allí digo que el blog "busca retratar aquellos momentos efímeros que de alguna manera anhelamos hacer eternos". Sigo estando de acuerdo con la afirmación. Y me ha servido a mí ponerle letras a esos momentos que se diluyen rápidamente para poder seguir disfrutándolos. También dije en el primer post que los pequeños placeres "hacen que la vida sea un poquito mejor". Bueno, un poco pretencioso, pero también está bien la afirmación. No quiero bajar línea ni debatir sobre la idea, pero sí creo cada vez más en los pequeños placeres. La vida es una composición con subidas y bajadas pero ensamblada, cosida a mano por esos momentos finitos. Entrar a la cama con sábanas nuevas o destapar un vino guardado o, más acá en el tiempo, emocionarse con los colores de los jacarandás son eventos que amalgaman esos momentos buenos, malos y los demás. Ahora, en un esfuerzo por ordenar algunas ideas archivadas inauguré una etiqueta ad hoc. PP. P de Pequeño, P de placeres. Todas las entradas que tocan ese tema fueron engrampadas a ese tag. Son 49 hasta ahora. Están acá.

martes, 20 de noviembre de 2012

Malware attack

El post que aparece abajo (Revisiting G n' R) es un post viejo del año pasado que por alguna razón que no puedo explicar se volvió a publicar con fecha de hoy. Puede ser que haya sido víctima de un ataque no-mortal de hackers o simplemente que mientras editaba otros textos me haya mandado la cagada yo sin darme cuenta. O ambas. No lo quiero borrar porque es parte de la historia de este blog, pero sí aclarar que el reposteo fue involuntario y, por ahora, misterioso

Revisiting G n' R

Anoche, mientras masticábamos el pollo con arroz, morrón y cebolla, le comenté a Agus que había vuelto del trabajo escuchando Use Your Illusion I (el de la tapa naranja). Nos quedamos hablando del disco. Aunque menos comercial que el II, la primera parte de la saga contiene grandes canciones, clásicos de la banda como "November Rain", "Don't Cry" y el cover de "Live and Let Die" pero también perlas como "Back Off Bitch", la larguísima "Coma" (10:13) y "Dead Horse", un temazo que arranca tranquilo, acústico y se vuelve recontraheavy y en el que Axl se luce.
Terminé la comida y me puse a ensayar agudos intentando entonar las estrofas de "Dead Horse". Inventando la letra porque lo único que sé es que al principio dice "Sick of this life...", tocando la air batería con las manos, moviendo la cabeza, emocionado, con piel de gallina.

lunes, 19 de noviembre de 2012

Oh, jacarandás

INTERIOR
SALÓN DE FIESTAS DEL TIRO FEDERAL ARGENTINO
NOCHE (madrugada del domingo)

Dos hombres conversan en un casamiento.Uno sostiene un vaso de vidrio con un trago de color oscuro. La música suena muy fuerte. Detrás de ellos la gente baila al ritmo de la música.

UNMIGONE
to+, necesito hablar de jacarandás con alguien. Sé que vos me vas a entender. ¿Viste lo que son esos colores? No puedo creer que hace 32 años que vivo en esta ciudad y nunca me haya detenido a verlos durante esta época del año. ¿Hay jacarandás en el rancho?

TO+
Sí, hay algunos.

UNMIGONE
¿Pero viste lo que son? Encima están por todas partes.

TO+ 
Sí, y vos porque no viste los de Plaza San Martín.

UNMIGONE
Sí, ¡qué no! Por eso te digo. Hace poco el laburo se mudó de oficina y entonces ahora paso todos los días por la Plaza. Fue el otro día, la semana pasada, que me di cuenta de lo que es el espectáculo de las flores violetas cayendo. Son miles de flores violetas.

TO+
¿Violetas o celestes?

UNMIGONE
No sé, es como un color violáceo, lila. Estos árboles de mierda hacen que florezca mi lado femenino más sensible. Son muy lindos.


viernes, 16 de noviembre de 2012

Rocky nunca pide que le corten el párpado

Hace unas semanas enganché una vez más el final de Rocky en televisión. La daban en TNT, creo, doblada al español, como corresponde ver a los clásicos del cine.
Dos cosas me llamaron la atención.
La primera, que uno de los comentaristas de la pelea entre el campeón Apollo Creed y el retador Rocky Balboa era Homero Simpson (escuchen su voz, es Humberto Velez, tantas veces entrevistado por Andy Kustnetzoff, el doblador original de Homero). Bueno, cuesta sacar a Humberto del personaje, así que no podía dejar de pensar en Homer.
La segunda, y la que más me perturbó, fue que Rocky nunca pide que le corten el párpado sino el ojo. La realidad es que sobre el final del anteúltimo round, el semental de Filadelfia increpa a Mickey y se  genera un diálogo muy corto que repodruzco a continuación:
ROCKY: No puedo ver nada, corta mi OJO
MICKEY: No
-Vamos Mick
-No debo hacerlo
-Vamos, vamos. ¿Qué esperas?
-Demonios, hazlo.
Mickey le hace un gesto al médico, que en efecto corta el párpado de Balboa con una gillette.
Este es video con la película doblada al español. La escena del diálogo ocurre en el minuto 9:20.
Y no es que se trate de una mala traducción. En la versión original el diálogo es todavía más corto. "I can't see nothing. Gotta open my eye. Cut me, Mick. Cut me. Cut me":

Y en guión original de la película ni siquiera se habla de un corte:
ROCKY
Open my eyes -- Please, open my eyes!
Mickey nods to Benny. He secretly places a small ring knife between his index and middle finger. In one smooth movement he drags the razor over the blood welts and quickly covers the draining qounds with gauze... It is done so quickly no one is ever aware of the operation.
Conclusión: Este hallazgo rompe de una manera muy incómoda con mi estructura de pensamiento desde que tengo uso de razón. Y no soy el único que creía que la frase era "Córtame el párpado". Google me da la razón y cuando se comienza la búsqueda córtame... enseguida se autocompleta ..."el párpado Mick". En los resultados aparecen artículos de Olé con ese título, videos de YouTube emulando la pelea y mucha gente citando la -ahora para mí- apócrifa oración. Sépanlo. Así como Sherlock Holmes nunca dijo "Elemental, Watson", sí, Rocky tampoco hizo referencia a su párpado.

jueves, 15 de noviembre de 2012

¿Para qué sirven los teléfonos públicos?

En los albores de este blog una investigación propia reveló que casi ningún teléfono público funcionaba bien. En la entrada se destacaba que el uso más extensivo de los teléfonos públicos es el de "depósito de folletos promocionales, principalmente de (...) mujeres muy amables como 'Brisa y sus amigas' que te invitan a su casa (no sé bien a qué, pero estoy seguro que no es a tomar el té)". Esta vez fuimos un poco más lejos (literalmente) para descubrir que en Londres la tendencia se replica de idéntica manera. La evidencia, a continuación:
Buenos Aires
Londres

martes, 13 de noviembre de 2012

Listtos, mmm

La mejor noticia del rubro congelados desde las Crunch fue el lanzamiento de estas patitas con forma de tostadas. Pero el nombre es muy polémico. ¿Qué significa la doble T? ¿Problemas legales de marca?

lunes, 12 de noviembre de 2012

unmigone Goes Premier League


En el bar The Queen’s, ubicado sobre Green St. a pocas cuadras del Boleyn Ground, un cartel en la puerta ofrecía una promoción tentadora: 6 Heineken o Foster’s por 10 libras. A las 3 de la tarde, más de dos horas antes de que empiece el encuentro entre los locales de West Ham United y Manchester City, el pub rebalsaba de hinchas con o sin ticket para el match. Los primeros esperarían hasta último momento para ingresar ordenadamente al estadio; los otros quedarían en el lugar viendo el partido en las pantallas de alta definición o, a lo sumo, tal vez intentarían comprar algún boleto de reventa que se podía conseguir fácilmente en las adyacencias de Upton Park.
El barrio que alberga desde 1904 a la cancha del United (West Ham) está en el Este de Londres y, al parecer, fue una de las áreas más postergadas de Inglaterra hasta hace poco tiempo. Durante el gobierno de Tony Blair se emprendieron una serie de proyectos bajo la denominación de New Deal for Communities que tenían como objetivo regenerar ciertas áreas entre las cuales estaba incluída la del Borough de Newham. A la vista, sin los lujos aristocráticos que brillan en el centro de la ciudad, Upton Park no parecía tener rastros de ser un distrito posindustrial verdaderamente postergado. Me hizo acordar, salvando las distancias, a la manera en que está enclavada la cancha de All Boys, en Floresta/Monte Castro.
Llegar a Upton park tomó unos 40 minutos de underground en un viaje simple de la línea District. Ya en la estación hay carteles que el marcan el camino hacia el estadio. También allí mismo se vende el programa oficial, una revista de unas 60 páginas con lomo que el club edita e imprime periódicamente con calidad editorial, redacción y diseño.
Había reservado y pagado mi ticket por Internet así que la primera misión era asegurarme que el booking reference se convirtiera en un cartón con un código de barras con mi nombre que garantice el acceso al espectáculo. Pedí indicaciones a un grandote de campera amarilla, que me apuntó su dedo índice hacia un cartel enorme que decía “Ticket Office”. El trámite para conseguir la entrada no duró más de 60 segundos. Próxima parada: Stadium Store, una tienda de merchandising repleta de fanáticos. Cuesta entender para un argentino como un equipo chico, de mitad de tabla, puede generar tantos ingresos por venta de camisetas y memorabilia. Compré un essential, una remera básica de los Hammers rebajada a 5 pounds. Para cuando terminó la visita a la tienda, llegaba el micro con el equipo visitante. Unos 100 hinchas, la mayoría niños, esperaban abarrotados a que bajara uno de los últimos ídolos del club: Carlos Tevez. Carlitos fue el último en descender y pasó saludando con su mano izquierda mientras recibía la primera de las mil ovaciones de esa tarde.
Ingresé en el estadio una hora antes del pitazo inicial del partido. Si el partido se hubiese jugado en Argentina era apenas tiempo suficiente para entrar tranquilo y sin riesgos de avalanchas y empujones. Allá, una hora fue una eternidad. Hasta 10 minutos antes del kick-off, no más del 20% de la gente estaba en su lugar (aunque el partido estaba sold-out). El acceso es a través de un pequeño espacio cercado por un molinete pero con barras hasta el techo. Es un elemento de seguridad que evita avalanchas e impide las estampidas sobre la hora para colar. Se activa pasando el código de barras de la entrada por un escáner.
La hinchada del West Ham es –supuestamente- una de las más efusivas de la Premier League. Tal cual nos mostró el Bambino Pons, los supporters adaptan clásicos de la música popular a sus inofensivas letras. Volare, oh oh, Guantanamera y Hey Jude forman parte del repertorio. Cuando los jugadores locales salen a la cancha, además, suena el himno del club. El del WHU es una canción que se llama I’m Forever Blowing Bubbles que arranca por los parlantes del estadio y la gente continúa cantando a capella desde el estribillo. Se repite el ritual cuando está por empezar el segundo tiempo y cuando termina el partido.
Después de algunas temporadas penosas, el West Ham tuvo esta temporada un buen arranque. Para el momento en que le tocó recibir al City, el equipo estaba octavo en la tabla de posiciones y listo para recibir al último campeón. Además de Tevez, Ballotelli y Nasri compusieron una delantera temible para un seleccionado local más limitado que los primeros minutos se replegó mucho atrás. Sin embargo, cada gesto voluntarioso de los de casa fue muy festejado. Los cambios de frente y las recuperaciones, por ejemplo, eran acciones acompañadas por un cerrado aplauso de 3 o 4 segundos.
Sobre el campo de juego (una verdadera alfombra, acomodada por unos 10 tipos antes del primer y segundo tiempo), el Manchester City mandó con su potencial durante buena parte de la primera mitad. La hinchada visitante también tuvo una presencia colorida. No había banderas ni bombos pero sí una asistencia perfecta de camisetas celestes en una de las bandejas de la popular y la totalidad de platea visitante. Así y todo, las hinchadas se trataron con respeto. Muy pocos silbidos, casi ningún insulto y cero abucheos. Antes del partido, el árbitro decretó un minuto de silencio en memoria de un dirigente del West Ham recientemente fallecido que también se respetó entero (60 segundos de silencio total).
Durante el partido, Tevez mostró que su talento y carsima trascienden colores. Amado por el West Ham y Amado-odiado-amado por el Manchester City, hubo momentos en el cual las dos hinchadas le cantaron a la misma vez. Cuando le tocó patear dos corners seguidos del lado en el cual estaban los fanáticos locales, en vez de recibir escupidas o botellazos, cosechó elogios. “One Carlos Tevez/There’s only one Carlos Tevez” al ritmo de Guantanamera y “He wants to come home/Carlos Tevez/he wants to come home” con una tonada cuyo origen no pude distinguir.
A pesar de los esfuerzos por convertir, el equipo dirigido por Roberto Mancini desperdició algunas oportunidades para abrir el marcador. En el segundo tiempo, el West Ham equilibró un poco la balanza y salió a buscarlo, tomó el riesgo y quedó mal parado en defensa y sus centrales se enredaron tres veces en el área, una jugada calcada que casi terminó en gol en contra.
El pitazo final del árbitro Howard Webb, el mismo que dirigió la final entre España y Holanda en el último Mundial, fue festejado en el Boleyn Ground como un triunfo. Mientras sonaba por tercera vez I’m Forever Blowing Bubbles la gente abandonaba su lugar ordenadamente. Quedaba una incógnita por revelar: ¿Cómo va a hacer toda esta gente para entrar en la estación de subte a la misma vez y no colapsar las formaciones? La respuesta a mi pregunta mental fue un vallado que desviaba a las masas, nos alejaba unos 500 metros de la estación y recién nos dejaba entrar cuando habíamos sorteado un largo serpenteo. Para aquel entonces, los trenes llegaban con frecuencia, se llenaban moderadamente y partían hacia el centro cargados de fanáticos de los dos equipos mezclados.

jueves, 8 de noviembre de 2012

unmigone Goes London: Coming In From The Cold

¡Fu fú! ¡y chucu, chucu, chucu-chuucu! No fue el calor, ni la basura, ni la cola en migraciones, ni el Checho Batista a mi lado esperando pasar por Aduana. Lo que me hizo caer en la cuenta de que ya estaba de vuelta en Buenos Aires fue el ringtone que emanó el teléfono del taxista. La música de Hijitus salía de un viejo aparato con tapa plateado. "Oscar, estoy con un pasajero, te llamo después". Bien listo, hola Buenos Aires, tanto tiempo. 5 días apenas, lo suficiente para ver que las cosas son como son. Así. Chau London, hasta próxima. Nos volveremos a ver, estoy seguro.

lunes, 5 de noviembre de 2012

unmigone Goes London; Reloaded


“Excuse me, can you help me? This is my ex novio, he is a crazy bastard. Está tratando de  impedir que regrese a London”. En Ezeiza, la mujer - inglesa, rubia, de rasgos fuertes- pedía auxilio para comprar un ticket y subir al avión lo más pronto posible. Del otro lado de la cinta, el presunto ex –un porteño alto, morocho, bien parecido- gritaba sin pudor e intentaba asormarse por la barrera de los cuatro oficiales de la PSA que habían llegado para poner orden: “Dale, Sandra, déjate de joder, vamos a casa y arreglamos todo, quedate acá, no rompas las bolas”.
No le tengo miedo a los aviones. El poco temor que le tenía a la aventura de subir a uno de esos pájaros de metal conseguí dormarlo a fuerza de horas de vuelo (algunas) y a la adquisición de conocimientos razonables sobre la industria de la aviación y sus estadísticas. Sin embargo, el jueves pasado la cabeza me picoteó mi conciencia y me hizo pensar en el peor de los escenarios posibles durante el vuelo. Tuve el pánico de ser un protagonista inoportuno de la versión criolla de Destino final. Todo cerraba perfecto. La mujer, el tipo que le dice que no suba, el avión… bue, la historia.
Por suerte, por pericia del piloto y gracias a Dios, el vuelo 244 aterrizó en Heathrow sin problemas y 20 minutos antes de la hora prevista, estacionó en una de las posiciones de la Terminal 5 y me permitió volver a pisar Londres. Me toca viajar de nuevo –por segunda vez en menos de un año- a la misma ciudad que había jurado conocer en un plazo de 1000 días. Pasaron menos de 500 lunas desde aquella plegaria elevada al cielo y ya alcancé el objetivo por duplicado, nada mal.
Este año llegué un poco más organizado y con más experiencia así que no tuve que pagar el derecho de piso, ergo, disfrutar más el viaje. Así que no me concentré tanto en los landmarks que ya conocía y pude conocer otros rincones de la ciudad.
Escribo estas líneas desde allá, o desde acá, según como se lo lea. Ampliaré.

sábado, 3 de noviembre de 2012

5 años después

Separados, pero juntos