domingo, 31 de mayo de 2020

Cuarentena Día 77

-¿Vos qué hiciste el fin de semana?
-¿En cuarentena?
-Sí, ayer y hoy.
-Nada, acá en cuarentena.
-¿Nada? ¿pero, nada?
-Bueno, sí, ayer tuve una clase.
-Bueno, algo.
-Después almorzamos tarta de zapallitos.
-¿Estaba rica?
-Sí, la hizo Agus, muy rica.
-¿Y después?
-A la tarde salimos a "pasear" con los chicos. Fuimos a lo de los abuelos, Tata y Naná.
-Aja.
-Pasamos por la confitería Norte y compramos sandwiches de miga y medialunas.
-Distancia social, ¿no?
-Sí.
-Y a la noche comimos en casa. Vi una película con David Spade y una mina que hace comedia, una con los ojos saltones.
-¿Estuvo buena?
-Me gustó, tiene momentos graciosos.
-¿Y hoy?
-Un domingo cualquiera. Desayuno, supermercado, quise comprar carne y no había nada, almorzamos patys, después algo de siesta, los chicos aburridos y así.
-¿Editaste el podcast?
-Sí, ¿cómo sabías?
-Porque me lo dijiste.
-Ah.
-¿Viste a Lanata?
-No, ¿vos?
-No, tampoco.
-¿Y el lanzamiento del cohete?
-Sí, me lo fumé todo.
-¿Y el acople en la Estación Espacial?
-También.
-¿Algo más?
-No, ah sí, hicimos galletitas de Beby.
-Bueno, no estuvo tan mal al final.
-Pff. ah uy vendí unos libros por Mercado Libre.
-Bien.
-Algo más¿
-Sí, me postulé en una búsqueda interesante.
-¿Cuál?
- Se acabó el tiempo, mañana te cuento.




-

sábado, 30 de mayo de 2020

Cuarentena Día 76

En el regreso el miércoles a Berlín Oriental la policía nos paró y nos pidió el permiso para circular. Estábamos en el peaje Illia, a algo más de 10 cuadras de casa. Como la documentación que presentamos era insuficiente, el hombre de campera celeste y amarilla nos dijo "hagamos de cuenta que yo no vi nada y sigan adelante".
Llegamos al punto en el cual visitar a un pariente es más difícil que escaparse de Salzburgo en los últimos días de la década del 30, como lo hizo la familia von Trap.
Ahora estamos en casa y tenemos hoy un permiso para salir una hora a pasear. Con los chicos. Siempre y cuando sea a menos de cinco cuadras de casa. Y que nuestro documento termine en par. Y con un chico a la vez. Y no olviden el tapabocas. Y que sea el día par del fin de semana.
CHÚPENME TODOS UN HUEVO!

lunes, 25 de mayo de 2020

Cuarentena Día 71

Estamos en Berlín Occidental.
Pedro corre por el jardín.
Joaquina juega con su primo.
Estamos del otro lado del muro.
En una casa más grande.
¿Cuánto tiempo podemos estar así?
Hablame de angustia.
Hablame de salvarnos.
Estamos del otro lado de los Alpes.
Nos escapamos de Salzburgo, como la familia von Trapp.
Pedro corre, Joaqui juega, Guada gatea.

Más allá de la portada

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El sábado pasado a la tarde, el nanomundo de la comunicación -al que pertenezco- vio alterada su rutina cuarentenal de fin de semana largo. Un evento sacudió el tablero de los medios: la tapa del domingo pasado de The New York Times con una lista de 1000 nombres de personas reales fallecidas por coronavirus y sus respectivas microhistorias.
Pasaron 48 horas de ese momento y mucho se ha dicho. Pero recién ahora, con la espuma un poco más baja, llegó el momento de hacer un aporte.
El crédito de la mitad de lo que voy a decir le corresponde a Pablo Holmberg, amigo y compañero de aventuras profesionales y maestro también.
1. No es posible leer esta portada del Times sin recordar aquella de la revista LIFE de 1969 cuando publicó las fotos de los soldados americanos fallecidos durante una semana en la Guerra de Vietnam. El hecho, se dice, tuvo un impacto en la opinión pública estadounidense, que empezó a percibir a la guerra como un sinsentido desde que la infografía (esa y otras que vinieron después) mostró las caras (y no los nombres) de los caídos. La guerra se perdió en los medios y no el campo de batalla algunos años después.
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2. En este caso, el NYT usa un recurso de diseño totalmente diferente al de LIFE. Llenan el front cover de texto tipográfico. ¿Por qué? Ellos mismo lo han explicado en este artículo.
3. The New York Times recupera su legado con esta tapa, generando un evento disruptivo que se asocia a una portada de hace 100 años, una que abre a 6 columnas y es puro texto. Hay muchas, pero me viene a la mente la del 14 de abril de 1912 cuando reportan el hundimiento del Titanic.
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4. Lo que busca el Times con esto es un impacto de tapa, que va mucho más allá de la portada. No deja de ser una tapa muy visual. ¿Hubiera sido igualmente disruptiva la tapa si en lugar de nombres hubieran agregado fotos? Vivimos en un mundo hipervisual, y probablemente no lo haya sido.
5. Lo viejo vuelve a ser novedoso. El impacto visual que busca (igual que en el Memorial de Washington) es que el ojo escanee una cantidad gigante de información, pero que si se la mira desde lejos se perciba que hay muchísima gente que ha muerto por una enfermedad (y eso es una tragedia). Esa es la épica que busca rescatar el todo y no las historias de las personas fallecidas.
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6. ¿The New York Times dialoga con la tapa de LIFE? Probablemente. Mantiene la misma tipografía que hace 100 años (y más también). Eso genera el impacto de tapa.
7. David Carson, uno de los popes del diseño gráfico, ya dio su veredicto sobre esta tapa en un comentario de Instagram: “Lo mejor que he visto impreso desde comienzos de los 90s (…) la tinta impresa sobre papel puede ser poderosa y conmovedora. Un video o motion graphic hubiera hecho naufragar este proyecto”.
8. Esta portada no se podría haber hecho con fotos. Para que haya impacto y novedad el texto debe invadir la página entera. Cuando las cosas están estáticas se puede relacionar el todo y las partes al mismo tiempo. Esta tapa es una infografía.
9. ¿A quién le habla el Times con esta portada? ¿A sus lectores? No lo creo. Le está hablando a una nueva generación que no lee el diario, no vivió Vietnam ni leyó LIFE. Era consciente de que esta tapa se iba a viralizar en redes. Le habla a un metapúblico que no está en el diario.
10. ¿Qué busca NYT con esta portada? Dar un mensaje político. Es público que The New York Times es anti Trump (y que Trump es anti Times). ¿Cuál es el mensaje? "Se está muriendo gente, haga algo Mr. President". ¿Cómo lo logra? Volviendo a hacer lo que el diario sabe hacer desde hace 1851.

miércoles, 20 de mayo de 2020

Cuarentena Día 66

Hoy Pedro entró en crisis. Explotó. Venía acumulando angustia desde ayer. No hacía caso, contestaba mal, se burlaba, peleaba. Cuando Agus lo retó y lo dejó sin Roblox se fue a dormir enojado. Pero hoy siguió casi igual. Lloró, protestó y todo le vino mal. A las 6 de la tarde fue la hecatombe. Por fin pudo decir lo que le pasaba. "No aguanto más estar acá encerrado".
Le propuse salir a la calle a comprar alcohol a la farmacia. Nos pusimos el barbijo y caminamos dos cuadras hasta Farmacity. No había alcohol etílico. Fuimos a otra farmacia.
También compramos un cartón para pegar el rompecabezas. Creo que nunca lo comenté: terminamos el rompecabezas. Sin prisa pero sin pausa.
Mientras caminaba por la calle vi mucha gente paseando perros.
Los perros, pensé, tienen más derecho a salir a la calle que los chicos.
Pedro también lo debe haber pensado. Aunque no me lo dijo, él se fija en esas cosas.

viernes, 15 de mayo de 2020

Cuarentena Día 61

Hoy fue el peor día desde el 15 de marzo.
Escribo esto después de haber pasado por todos los estados de ánimo, incluyendo emoción violenta.
Se nos fueron casi todas las esperanzas de casi todo. No hay un horizonte de que esto se supere en el mediano plazo. Casi todo sigue fuera de control. Perdimos hace rato el control de casi todo.
Los que mejor están son los chicos, pero por primera vez en 60 días empezaron a quejarse. Pobrecitos. Pedro es el que más o menos lo puede expresar. Lo dice a su manera, porque no quiere que nos preocupemos, porque nos ve mal y debe tener miedo que si lo dice podamos ponernos peor.
Joaqui no lo puede decir, pero está incómoda. Sigue irradiando alegría, pero algo le molesta.
Y Guada, que no habla, también está molesta.
Agus y yo cargamos con todos los sentimientos. A veces más ella, a veces más yo. Nos alternamos. Como un tándem del Tour de France. Uno va adelante contra el viento, el otro descansa atrás.
A la noche, para automotivarnos, pedimos pizza, helado y vimos una película con los chicos en la cama: "Christopher Robin, el reencuentro". O algo así.
Me siento como Eminem cuando se cansa de todos en su épic battle contra Papa Doc. "Fuck", les dice.
A todos.

martes, 12 de mayo de 2020

Cuarentena Día 58

Hace dos años festejé mi cumpleaños en una isla del Caribe, arriba de un barco. Pasé el 12 de mayo de 2018 a bordo de un catamarán de 2018, amarrado en una playa paradisíaca, flotando sobre un mar cristalino.
Buceamos ese día en el HMS Rhone, uno de los mejores naufragios del mundo. Casi mi me quedo sin aire. A la tarde pasamos el día en Virgin Gorda, una de las gemas de la BVI. De vuelta del paseo, intentando entrar a un puerto complicado el L'Astrolabe encalló y pensamos por unos segundos que naufragaba.
Casi me muero dos veces ese día, una ahogado y otra naufragando.
Pensé que nunca iba a pasar un cumpleaños tan raro como ese.
Hasta hoy.

Empecé mi cumpleaños ayer a la noche viendo un capítulo de "El último baile", la serie documental sobre MJ y los Bulls. 
A la mañana, mientras Agus y Joaqui me preparaban el desayuno, leí en Twitter un hilo interesante sobre la industrialización y el desarrollo urbanístico de Seúl desde los 60s escrito por @afrikaner.
Guada vino a mi cama, pasé mi cumple con ella por primera vez. 
Vino el ratón Pérez de Joaqui, le dejó 200 pesos.
Desde lejos la escuché a Joaqui contar 24, 25, 26. Eran las velitas que le estaba poniendo a la torta. Había 27.
Tomamos el desayuno en la cocina y nos alimentamos opíparamente. 
Después llego más comida! Y una torta.
Escuchamos música en el living. Joaqui y Guada bailaban. Agus le secaba fotos a la torta. 
Contesté mensajes de cumpleaños y de trabajo.
Guada se quedó dormida sobre mi pierna. Sonaba “Cantata sobre puentes amarillos”.
Contesté mensajes y llamados.
Editaé una guía para hacer encuestas online para un cliente.
Edité el podcast
Para el almuerzo pedimos una ensalada por Glovo.
Baje a recibir el pedido y compre cocas, agua, pan, cerveza, carbón, fruta y verduras 
Hablé con Juanjo de Ripio sobre el halving de Bitcoin.
Pedro hizo zoom con los profesores de Educación Física; mientras ocupaba la computadora vi una parte del episodio 8 de "El último bail. 
Termine de editar podcast y lo subí a Anchor. 
Prepare la clase de mañana; no corregí los parciales.
Tomamos el té; comimos más gorduras.
Hicimos un Zoom con casi toda la familia.
Prendí el fuego. Hice un asado: lomo, chorizos y salchicha parrillera. 
Comimos, casi nadie tenía hambre. 
Acosté a los chicos y vine a la computadora a terminar cosas de la facultad e imprimir textos del master.

¿Fue un cumpleaños más? No lo creo. Estamos en cuarentena. Cumplí cuarenta en cuarentena. 
Estaba esperando esta fecha hace algunos meses. Vi cómo todos mis amigos fueron cayendo como moscas en la trampa de la edad. 
Yo soy de los más chicos del grupo, contaba con la ventaja del tiempo, como la de Alberto que va viendo cómo la epidemia avanza por China primero y por Europa después. Y sabe que en algún momento le va a tocar. 
Me propuse fuertemente no deprimirme. Armé un podcast con un amigo para recordar buenos momentos. Las pastillas hicieron el resto.
Lo pude pasar con la gente que quiero, la más importante. Eso es todo. 

sábado, 9 de mayo de 2020

Cuarentena Día 55

Ayer Agus tuvo el primer zoom con sus alumnas. Eso le mejoró la situación laboral, volver a la actividad después de otros intentos.
Es la que más le costó de nosotros. A los 10 días de la cuarentena quedó internada 5 noches en el Hospital Alemán. Sola y operada, sin nadie que la visite. Después un posoperatorio largo.
Después, vuelta a la vida de a poco.
Ahora, a la carga con la casa, los chicos y el colegio. Y la beba a la noche. Y si sobra tiempo, su arte y el taller.
Todos necesitamos ocuparnos de lo nuestro. Y llevar una familia es complicado. Dejar de lado cosas personales, habitual.
Me cuesta darle forma a la idea.

viernes, 8 de mayo de 2020

Cuarentena Día 54

Ayer Pedro se levantó con fiebre. Le tocamos la frente y estaba caliente. No se sentía mal pero era raro que se haya despertado tan temprano. El termómetro acusó 37.8 
A él no le molestaba la fiebre, ni le preocupaba. Decía "tengo suerte porque voy a tomar ibupirac de frutilla que es riquiiisimo". 
Después de darle un antitérmico nos olvidamos del tema. A la hora estaba tirado en la cama viendo flash como si nada hubiera pasado
Pensamos que debe haber sido una reacción a la vacuna antigripal. La única explicación posible. 
Anteayer salimos todos en el auto por primera vez en casi dos meses. Todos con barbijos (odio decir tapabocas), menos Guada. A Pedro le sacaron sangre, le hicieron una radiografía y le dieron la antigripal. A Joaquí también. A Guada además le dieron la Menveo, que por suerte ahora no está en falta como hace dos meses, cuando tuvimos que pagar 5700 pesos para conseguirla de forma privada 
Pedro es el que más está sufriendo el encierro de los tres. Juega al fútbol en el balcón, anda en bicicleta en el garage y construye. Le gusta hacer juegos y grabarle cuentos a su primo. Aprendió a usar la computadora, a imprimir, tiene nociones discretas de MS Word. Hace Zoom y conoce todas las funcionalidades de la plataforma, de Gmail y de Whatsapp 
Maneja la tecnología mejor que Agus, aunque eso no es mucho decir ;).
A la noche cuando no se puede dormir le echa la culpa a la alergia maldita. Todos esos estudios son para que lo vea un otorrino y le trate la sinusitis. 
El horario sagrado es de 5 a 6 cuando se junta con amigos a jugar Roblox. Casi siempre son los mismos: él, Timo y a veces Nacho.
Le gusta hacer tareas, porque quiere participar en clase. Se pone mal cuando se juntan varias actividades en esa plataforma de mierda que se llama Classroom. 
Esta muy grande y muy vivo. A veces contesta mal, y pide perdón. No le gusta que nos enojemos con él. 

miércoles, 6 de mayo de 2020

Cuarentena Día 52

Joaquina.
Los días de Joaqui en cuarentena son amables. La veo vestida hoy: zapatillas rosas, jardinero azul, remera blanca y vincha gris. Ayer (no ayer, sino "ayer") era la pispireta de corte carre que no se sacaba el conjunto de River. Lo sigue siendo pero de manera diferente.
"Hola Papaaa". Cuando estira la última letra te enamora. Y ella lo sabe.
Le gustan los juegos, los juegos de mesa. Y siempre va detrás de lo que hace su hermano. Se sienta al lado y juega. Se enoja  cuando pierde. Pedro le tiene paciencia.
A veces pierde la paciencia de manera irracional. Llora sin explicación. Casi siempre que pasa eso es porque está celosa. De que su mamá no le da bola a ella. Con un llanto desconsolado intenta explicar qué le pasa. Canta su queja.
Igual que su hermana, le gusta bailar. Y cantar. Es alegre. Y mañosa con la comida. No le gusta la cebolla, ni nada que tenga en ella.
Las cosas se tienen que hacer como ella quiere. Si no, drama. A veces es la maestra siruela. Buchona.
Pero cuando nos vamos a dormir ella es la primera en conciliar el sueño. Siempre fue así de ordenada. Desde que era bebé. Cuando me acerco a darle un beso, me abraza y me dice "chau, Papá, te quiero". Y cierra los ojos.

lunes, 4 de mayo de 2020

Cuarentena Día 50

A Guada le salieron dientes. Tres por ahora. Sí, número impar. Dos abajo, cuando Agus salió del hospital y uno arriba. El cuarto está al caer. Todavía no lo cortó y eso la tiene incómoda. Le damos ibuprofeno, pero de tanto en tano se molesta.
Cada día baila más. No nos damos cuenta, pero en cuanto alguien empieza a entonar algo parecido a una canción, ella empieza a mover los pies y los brazos. Primero los pies, para abajo y para arriba. Por ahora tiene una sola coreografía. Después los brazos, a tono con los pies, al ritmo de un presunto aleteo.
Ayer gateó por primera vez. La puse en el medio de nuestra cama y se desplazó hasta el borde de la cama. Yo la estaba vigilando pero su intención era seguir para abajo, de cabeza y sin medir consecuencias.
Duerme poco, duerme tarde. No es que no duerme, pero no duerme como antes, cuando lo hacía como una marmota.
Está comiendo más, y le gustan mucho los zapallitos. No tanto la banana. La calabaza sí, y la palta no.
Es la que mejor la está pasando en la cuarentena.

sábado, 2 de mayo de 2020

Cuarentena Día 48

Perdí el control de todo.
Antes de la cuarentena anotaba prolijamente (en realidad, desprolijamente) todos los gastos del día en un cuaderno. Después, al final de la semana los sumaba y pasaba a un spreadsheet donde los comparaba con los de la semana anterior y con el mismo período del año anterior. No es joda, me tomaba obsesivamente esa tarea no sé para qué. Poco podía hacer para revertir los resultados, acaso fuera tener que gastar menos.
Lo cierto es que desde que a Agus la internaron mandé todo a la mierda y dejé de anotar todo. El resultado está a la vista en el resumen de la tarjeta.
Pero también perdí el control de casi todo lo demás. De la comida, de la limpieza, del trabajo, de las clases de los chicos, del estudio, del peso y de la lectura. Eso, sólo por nombrar algunas cosas. También del día, no sé qué día es. Incluso de este diario, que acabo de ver que abandoné por más de una semana.
No me acuerdo casi nada de lo que hice estos últimos días, sólo que tapo baches, atajo penales.
Había dejado una nota de voz para pasar acá puteando a todos. Lo hice uno de los días de furia, no me acuerdo cuál porque tuve varios. Ya se me pasó, no lo voy a hacer.
Terminé la primera materia del máster. Costó mucho más trabajo de lo que pensaba, mucho trabajo físico e intelectual. Trabajo en grupo. Ayer hicimos 9 (nueve) reuniones de Zoom. Tuve que casi abandonar el podcast.
Pero, sin embargo, estoy contento. El sacrificio fue más de Agus y los chicos que mío. Mío también, bah. Espero que valga la pena.