martes, 26 de septiembre de 2017

Los 7 años de Pedro constructor

Un día, sin que nos diéramos cuenta, ese bebé cumplió 7. Lo hizo a su manera. Un festejo con nervios, dolores de panza y algunos llantos. Y muchos regalos.
Un día cuya fecha no recuerdo con precisión pero fue en los últimos 12 meses Pedro empezó a construir. A pegar cosas. A unir maderas, palitos de helado, rollos de papel higiénico con escarbadientes, con cajas de remedios o envases vacíos de ketchup. A construir naves, barcos, aviones, autos, jets, aviones otra vez.
Aparecieron los motores, y las baterías y los circuitos. Y las cajas de herramientas llenas de cosas (nunca basura).
Querido Pedro, para estos próximos 12 meses te deseo:
Que sigas explorando la curiosidad.
Que sigas creando.
Que sigas construyendo.
Que sigas siendo feliz, siempre

jueves, 7 de septiembre de 2017

#mundomejor cargar nafta y pagar desde el teléfono

Escanear un código QR que está en el surtidor, aceptar y listo. Se paga con descuento.
Bienvenido Axion al Siglo 21.

martes, 5 de septiembre de 2017

#mundomejor Haciendo trámites en el país del terror parte 2

Hace cuatro años había empezado a hacer un posteo que sería una serie de posts acerca del calvario de hacer trámites en el país. Al final el destino y la pereza determinaron que ese sería el único, y no el principio de una sucesión. Pasaron unos cincuenta meses y algunas cosas cambiaron... sorprendentemente para bien.
El trámite en cuestión estuvo relacionado con el rubro automotor. No fue una transferencia de dominio como la otra vez, sino la renovación de la licencia de conducir.
Todo comenzó algún tiempo atrás, allá por mayo, cuando me di cuenta (tarde) de que se vencía mi licencia. Faltaba un mes y medio, a decir verdad, pero eso para la ley argentina es tarde. Porque los turnos para renovación se asignan recién para al menos dentro de dos meses.
Primero hubo que pagar multas, un trámite relativamente amable salvo por el hecho de pagar que nunca lo es y siempre duele. A mí me tocó hacerlo, eso sí, en un lugar en Belgrano, sobre la avenida Cabildo, lejos de casa, pero acomodando los horarios para juntar todos los trámites que tenía que hacer por la zona.
Quedé un mes andando con el registro vencido. La ley de Murphy diría que si nunca tuviste problemas mientras tu licencia era válida, los tendrás en la pequeña ventana de tiempo en la cual circules flojo de papeles. En mi caso se cumplió a rajatabla. Dos días después de que se venciera el registro nos paró la policía, control de alcoholemia mediante. Zafe del test (0.0 alcohol en sangre) pero no del escarnio del oficial. "Le vamos a tener que retener el carnet, no va a poder circular usted y va a tener que ir a buscarlo y pagar la multa en la sede de Hipólito Yrigoyen del Gobierno de la Ciudad", me exclicaron. Al final, ruego mediante, zafamos.
Llegó el día de renovar el registro. Una mañana de julio. Había juntado todo el material necesario incluyendo documentación, fotocopias, comprobantes de pagos y el certificado de asistencia a un curso de educación víal dictado por Fabián Gianola, que por suerte se puede hacer online.
En la sede Recoleta Mall del GCCBA atiende gente muy bien distinguida que revisa la información. No parece una oficina pública, acaso si eso fuera algo bueno para destacar. Tampoco hay muchos puntos de contacto, vale decir, entre los empleados del lugar y el personaje de Gasalla. Las personas, a contramano de lo que uno esperaría, son relativamente amables.
Cuando avanzo para comenzar los trámites de rigor me informan que mi DNI no sirve ("porque usted renovó su licencia en San Isidro despúes de haber dado cambio de domicilio a Capital"). Tuve que renovar el DNI para poder volver al Mall a empezar a gestionar la nueva licencia. En cualquier otro momento, hacer eso hubiera sido un suplicio. Ahora no lo es. El DNI express se otorga en menos de 24 horas. El turno se saca online (yo lo saqué en el momento desde el celular) y entre que se ingresa y se sale del lugar pasan no más de 10 minutos (literales). Y todo eso sin moverme en un radio de más de 10 cuadras.
Nada mal para un país en donde hacer trámites es lo mismo que empezar a contar un cuento de terror.