martes, 30 de abril de 2013

Canciones que me gustan para terminar el mes

En enero de 2002, mientras la Argentina todavía ardía en llamas y se terminaba de hundir, cargué el discman (¡sí, discman!) con un CD grabado que me dio mi amigo cholo; una versión editada en Japón de "Catch a Fire", el primer album de Bob Marley & The Wailers. Además de los nueve temas que yo casi conocía de memoria, el disco tenía dos bonus track: "All Day All Night" y "High Tide or Low Tide". Este último caló por dentro de mis entrañas desde entonces y cada tanto vuelve a mi vida con un significado nuevo. Si lo había escuchado, nunca le había prestado mucha atención, pero a partir de ese verano lo incorporé a mi soundtrack mental para siempre.
"High Tide..." es una de esas canciones morales del primer Marley, que tienen un mensaje sencillo pero imprescindible. En las buenas y en las malas voy a estar al lado tuyo, pase lo que pase, vayas donde vayas, con marea alta o cuando nos tape el agua, en la salud o en la enfermedad. Casi como si fueran votos de casamiento o un manifiesto de la hinchada de fútbol más radical. Todo eso sostenido por una melodía simple con la cadencia necesaria para darle un marco emotivo.
Después, más tarde llegó la versión de Jack Johnson y Ben Harper, que le imprime un tono más épico al tema. La mejor versión es la de un show en vivo en un programa de radio. La escuché tantas veces que hasta detecté una parte en la cual Ben Harper le pifia a la letra. Minuto 2:42. Profitez-en.

domingo, 28 de abril de 2013

No more vacunas

21 pinchazos después de aquel primer encuentro con la aguja, con 2 días de vida. Ahora, no más visitas a Vacumed hasta que empiece el colegio primario. Y quién sabe dónde nos encontrará el mundo ese día...

martes, 23 de abril de 2013

Animals


Una leona adulta emerge desde atrás de un frondoso arbusto sosteniendo en su bocaza una pierna animal a medio comer (de un cebra, nos enteraremos 25 segundos después). Del otro lado de la vegetación, refugiados a la poca sombra que ese lugar del paraje entrega, están sus tres cachorros: un macho casi adulto, de melena prominente y a punto de abandonar a su familia para hacer su destino solo, a suerte y verdad; y dos cachorritos de unos pocos meses.
"No quieren bajar a tocar al gatito", nos pregunta Dodama, el ranger. Si la guerra civil sobreviniera en esa región de Sudáfrica y Hollywood se interesara por el tema, Dodama podría ser uno de los protagonistas, el líder de los rebeldes, tal vez. Alto, negro, muy negro, negrísimo, de dientes blanquísimos, pero muy simpático, a pesar de calzar una escopeta de doble caño cargada ("Para su protección", aclara).
La leona se junta con sus protegidos, que están deglutiendo y relamiendo hasta la última gota todas las entrañas de la cebra. Apenas dejan unos huesos grandes, el esqueleto, y la piel, que si no fuera porque a estos felinos no les importa nada la decoración hogareña podría ser una perfecta alfombra digna de living de Susana Gimenez. El macho joven apoya sus garras encima de uno de sus hermanitos, que ya pipones se disponen a dormir una siesta de unas 16 horas. Son las 6.30 de la mañana en Shamwari Game Reserve, una reserva privada de animales en Alicedale, un lugar semiremoto en el sudoeste de Sudáfrica.
(...)
Media decena de años después volvemos a encontrarnos con la posibilidad de estar a pocos metros de un león. Un macho adulto esta vez, también con una muy prominente melena. El escenario es bien diferente, sin embargo. El Zoo de Luján es un lugar triste por definición. No tanto por su infraestructura, bastante limitada, ni por el aspecto del personal, que en términos de profesionalidad deja más dudas que certezas, sino por el semblante de los animales protagonistas. Qué decir de ellos, tristes, ¿drogados?, desprolijos. Dan lástima. Yo no soy de darle mucha cabida a la cruzada animal pero estos pobres bichos regalan pena en su sus miradas.
No somos expertos en animales los unmigones, pero tenemos nuestro interés puesto en ese reino, sobre todo para cuestiones de ocio. Además de los kilómetros de Animal Planet que llevamos encima, cargamos con una o dos entradas anuales al Zoológico de Buenos Aires (Winner, ¡te extrañamos!) y, aunque con menos frecuencia, una cantidad razonable de visitas a Temaikèn.
La anécdota del principio ocurrió en nuestra luna de miel.
La excursión a Luján fue el fin de semana pasado. A pesar de todo, nos sacamos fotos y Pedro la pasó bien.

viernes, 12 de abril de 2013

Post N°400: Sin prisa pero sin pausa

Sigo con el objetivo fijo de llegar a completar la entrada número 1000 y enterrar a este blog bajo la cybertierra, condenarlo al olvido que significa la no actualización de sus contenidos. Lo bueno (y lo malo, según cómo se mire) es que todavía falta mucho.
(a partir de ahora viene una serie de datos, estadísticas y números solamente soportables para los verdaderos fanáticos; al resto, les digo: pueden abandonar la lectura y nos reencontramos en el 401)
Este blog comenzó (¿nació?) el 2 de febrero de 2010, hace 1165 días.
Vamos por el post N°400, a razón de 1 cada 3 días (2,9125 días, para ser exactos).
Si se mantuviera este promedio de un post cada 3 días, entonces, unmigone alcanzará las 1000 entradas dentro de unos 1800 días (600 post restantes multiplicados por 3 días para cada uno=1800 jornadas): El sábado 17 de marzo de 2018.
Me tomó unos 225 días (7 meses y 13 días) llegar al post número 100
Me tomó unos 315 días (10 meses 12 días) desde la entrada N°100 para llegar al post número 200
Me tomó unos 337 días (11 meses 1 día) desde la entrada N°200 para llegar al post número 300 
Me tomó unos 288 días (9 meses 15 días) desde la entrada N°300 para llegar a este post, el 400.
Siempre si mantuviera este ritmo de una entrada cada 3 días, llegaría al post número 500 el jueves 6 de febrero de 2014. Sería una fecha muy importante, porque este blog entraría ese día en su etapa declinante, después de haber llegado hasta mitad de camino y a la cima a la vez. Todo lo que venga después de eso será en bajada.
Si este blog fuese un viaje entre Buenos Aires y Mar del Plata (410 km) andaríamos por el kilómetro 164 de la ruta 2, por el puente del Río Salado

Ver mapa más grande

A pesar de todo y por sobre todo acá estamos y seguimos adelante. Sin prisa pero sin pausa. Haciendo ese ejercicio de constancia. Probando la suerte día a día. Tentando al destino. Nada más, nada menos. Será un legado algún día, cuando llegue.
Hasta la próxima.

unmigone TV, según pasan los años

Como la mayoría de la gente, mi página de inicio en la computadora es Google. ¿Hay algún nombre para llamar a la "página de inicio" en la televisión? Es decir, al canal por donde pasamos más seguido, que está puesto cuando se prende la tele y al que acude nuestro inconsciente cuando el zapping se queda sin ideas por lo cual el cerebro le envía una señal al pulgar para volver a la zona de confort. Esos que también conocés toda la programación de memoria y, a pesar de ello o justamente por ello, seguís viendo y disfrutando. Yo siempre tuve uno diferente según la época de mi vida, a saber:

1989


1994


1998

2004

2008


2013 
(el círculo se completa, aunque Cablín ya no existe más)





martes, 9 de abril de 2013

Reinvindicación arena


Otro prejuicio que se va. 1, 2, y este es el tercero. Es la edad, me parece.
Cuando era chico el queso rallado para mí sólo era queso rallado si era queso rallado de verdad, rallado con un rallador de un queso duro. ¿Me explico? No importa.
Después en algún momento apareció el Quesabores, una especie de versión industrial del verdadero queso rallado.
Último, en el séptimo subsuelo, cola, final, quedaba el queso rallado en polvo que se compra en el supermercado, al cual yo llamaba (llamo) despectivamente "arena". Salir de mi casa y encontrarme con la arena en una mesa donde se servían pastas podía llegar a ser una experiencia muy desagradable, cuanto menos frustrante.
El tiempo puso las cosas en su lugar. Hoy en casa volví a comprar arena. ¿Es más rico que el verdadero queso rallado? No. ¿Es barato? No, al menos a priori.
Pero tiene más sabor que el bodrio Quesabores, rinde más y dura un siglo y medio. Así que puedo decir que me reconcilié con la arena. ¡A la mesa!

miércoles, 3 de abril de 2013

Sin ganas

de postear
hasta que baje el agua

lunes, 1 de abril de 2013

Puenteee

 
Una foto del Seven Mile Bridge, mi puente preferido, muy largo, como esta tanda de feriados articulados por este día que le abre los brazos al descanso.
Alla Pedro, que gusta estirar las últimas vocales de las palabras cuando una palabra le gusta mucho, escribo desde esta siesta: Puenteee.