lunes, 31 de diciembre de 2012

Canciones que me gustan para terminar el mes

Para terminar el año, en este caso.
"Free  Bird", de Lynyrd Skynyrd
Escuché esta canción por primera vez cuando vi en el cine "Elizabethtown", la película de Cameron Crowe que comenté brevemente en este blog hace un año ya. Una de las cosas que más me gustan de este tema es la primera frase de su letra: If I leave you tomorrow, would you still remember me? Se trata de una pregunta que es en realidad un puñal para el ego. Todos los que estuvimos o estamos en una relación nos lo hemos preguntado en mayor o menor medida. ¿Cuán importante somos para los demás? ¿Más, menos o la cantidad exacta que creemos que somos? Dependiendo el momento y nuestro estado de ánimo, la respuesta puede ser una u otra. Por lo demás, el tema tiene esos inconfundibles arreglos de slide guitar y ese comienzo de balada con el piano que termina 10 minutos después convertido en una zapada asesina. Para los que vimos Elizabethtown, cuesta borrarse la escena del incendio en medio del servicio fúnebre cuando suena "Free Bird". Es un tema para disfrutarlo entero en un sillón.
Buen año para todos.

viernes, 28 de diciembre de 2012

¿Dónde está la empapelada?

La empresa en donde trabajo mudó sus oficinas a Microcentro este año y las ventanas de nuestro departamento dan a la calle. "Perfecto", pensé. "Cuando sea fin de año vamos a poder presenciar en vivo y participar de la empapelada de fin de año". Para los que cargan con menos de 30 años les cuento que es tradición en las oficinas de esta zona tirar por la ventana los papeles viejos los últimos o en realidad el último día del año. Las calles y veredas quedan cubiertas de papeles viejos como si se tratara del preludio a un superclásico. 
Gran desilusión hasta ahora. Nada de papeles sobre calle San Martín. Es cierto que todavía no terminó el año, pero, ¿qué? ¿hay que venir a trabajar el 31 para poder tirar papelitos?

jueves, 27 de diciembre de 2012

En contra del día de los inocentes

No me gusta el día de los inocentes, que es mañana. Me adelanto a decirlo porque es una de esas fechas que no me terminan de cerrar. No me refiero a la celebración en sí, sino a la todavía muy verde tradición de las bromas en ese día. En Esatdos Unidos, un país que con todos sus defectos tiene todo organizado y previsto, el tema funciona mucho mejor. Allá el 28 de diciembre no pasa nada, pero el 1° de abril ya todos saben que es April Fool's y que uno puede ser víctima de un practical joke o, como dicen Los Simpsons en español latino, inocente palomita (?¡).
 
Por acá, nosotros, tenemos que conformarnos con algo muy berreta como "que la inocencia te valga" y las tapas apócrifas de Ole. Arriesgo dos titulares de mañana:
"Messi anuncia su retiro del fútbol después del Mundial 2014"
"Maradona dirigirá la selección de Portugal"

miércoles, 26 de diciembre de 2012

Chau Winner

Todavía conmovido por la noticia que acabo de leer, escribo este post con un poco de tristeza, en serio. "Murió Winner...", dice la portada de lanacion.com en su segundo título más importante. Winner era el último oso polar del Zoo de Buenos Aires y uno de los animales más queridos de ese lugar. Lo más triste de todo es que en el comunicado se explica que la causa del deceso de Winner fue "una combinación de un temperamento nervioso mezclado con inusuales picos de temperatura y la pirotecnia de los festejos por Nochebuena". Malísimo.
Estuvimos hace apenas un mes en el ZOO y pasamos por el lugar en donde estaba Winner. Para ser sincero, nunca supe cómo se llamaba el oso hasta ahora, pero sí era uno de los animales que más me gustaba ver. Ese día, Winner estaba refugiado en una sombra, durmiendo como el oso que es y con su garra enorme apoyada en la panza. Pude ponérmelo a Pedro en los hombros para que lo pueda ver a Winner y no se olvidó más del día en que vio al oso polar. Todavía le preguntamos qué le gustó más del zoológico y nos contesta "aso polaaaar". Y cuando le consultamos sobre qué hacía el aso polaaar nos responde "noni". Espero pronto que el sucesor de Winner llegue para poder ocupar ese espacio en nuestras vidas. En serio. Chau Winner, gracias.

lunes, 24 de diciembre de 2012

Reivindicación pan dulce


Cuando era chico odiaba la comida de navidad y el pan dulce, en ese sentido, era el emblema del menú típico de las fiestas. Nada más desilusionante que llegar en diciembre a la casa de algún pariente, amigo o conocido y ver esa cosa de gusto dudoso y frutas abrillantadas a la mesa de un desayuno o merienda. (¿Dónde están las Melbas?, solía pensar para mi interior [o para mi exterior, según la confianza que tuviera])
Mucho no ha cambiado hoy respecto de algunos de los productos que componen la mesa navideña, algo de eso ya he escrito, pero sí tengo que admitir mi rendición ante un buen pan dulce con frutos secos (no a las frutas abrillantadas, ¡boicot!).
Este año decidimos cambiar el vino por el pan dulce como objeto de regalo para clientes. Primero intentamos pasar por Plaza Mayor, aquel mítico punto de venta de panettones. La cola de dos cuadras con número previamente asignado como si se tratara del turno para entrar en la Embajada de Estados Unidos durante la Guerra de Vietnam no se justificaba, así que buscamos otras opciones más lógicas. Encontramos esta nota de Brando en donde colocaba al de la Abadía Santa Escolástica en el olimpo de los pan dulces y, como quedaba cerca, hacia allí fuimos. Me quedé con las ganas de hincarle un diente a alguno de los regalos, pero tuvieron muy buena recepción. Feliz Navidad para todos.

viernes, 21 de diciembre de 2012

La botadura que no fue

Viajamos a San Pedro (150km) para echar al agua al Alpistero, un regio velero de 23 pies hecho a nuevo. No hay muchas oportunidades en la vida de participar de una botadura. Esta no fue la excepción; Alpistero estaba en el astillero más verde que el Sapo Pepe. Recién el miércoles próximo la obra viva de la embarcación podrá sumergirse.
Al menos el viaje me sirvió para probar la aplicación móvil de Blogger.

martes, 18 de diciembre de 2012

unmigonne Goes London: tras los pasos de Assange

Aunque había prometido en un último post dejar descansar a la etiqueta Londres, esta noticia que acabo de leer en La Nación me desafió a compartir la experiencia. Dice en la cabeza el artículo que "el fundador de WikiLeaks, Julian Assange, cumple [mañana] seis meses de reclusión en la embajada de Ecuador en Londres, donde se refugió para evitar una extradición a Estados Unidos, pero su caso continúa sin atisbo de solución".
Ya de entrada es raro tener que estar exiliado en un país dentro de otro país: la embajada de Ecuador (y cualquier otra embajada) son suelo extranjero en suelo extranjero. En Los Simpsons, me acuerdo cuando Homero jugaba con esa idea y saltaba de un lado al otro en la Embajada de Estados Unidos en Australia hasta recibir un golpe del marine.
 

El problema y es lo que pasa acá es que la medida drástica termina recluyendo a esa persona en el supuesto territorio extranjero. Así, Assange "vive desde el 19 de junio en una habitación de la legación situada en la planta baja de un edificio victoriano de ladrillos rojos cercano a los famosos almacenes Harrods, custodiado día y noche por policías británicos que tienen orden de arrestarle en cuanto ponga un pie fuera".
En efecto, los policías están ahí esperando que el tipo vuelva a poner su patita sobre el suelo británico y yo los vi. Así como el año pasado me había entretenido un rato viendo a los indignados y su Occupy London, este año fui otra vez a por un paseo que se saliera del circuito tradicional y los landmarks. En realidad, no fue algo que me propuse, pero caminando por South Kensington, el coqueto barrio en donde paré las dos primeras noches, empecé a notar que proliferaban los edificios de embajadas. Primero vi la de Francia, después la de Venezuela, que me llamó la atención un poco más. Y así, los colores de la bandera de la República Bolivariana me encendieron la lamparita. "Por acá tiene que estar la embajada de Ecuador, en donde vive Julian Assange", pensé para adentro. Cuando por fin conseguí un lugar con conexión wifi pude poner en el Google embajada Ecuador Londres dirección y ver que uno de los resultados era 3 Hans Crescent London SW1X 0LS,justo detrás de Harrods, un lugar de peregrinación para mí por aquellos días. Listo, paso a ver qué hay.
Si hubiera quedado en la otra punta de la ciudad no había chance de que me acercara al lugar, pero al estar tan a mano valía la pena la posterior decepción de ver que en realidad el paseo no era más que la visita a una casa victoriana. En efecto, la única sorpresa con la que me encontré en el lugar fue descubrir que Colombia y Ecuador, dos naciones hermanas pero que muchas veces tuvieron conflictos que los llevaron casi a la guerra, comparten instalaciones en Londres. De un lado del edificio, la bandera de Colombia; en la otra punta, la de Ecuador. Son muy parecidas, a tal punto que maldije cuando pensé que había anotado mal la dirección.
Por supuesto que no vi nada que me llame la atención especialmente, salvo un camión de policía que después pude comprobar que estaba ahí para impedir que el fundador de Wikileaks huya del Reino Unido y no para custodiar a la(s) dos embajada(s). Una foto y a seguir con el viaje.

lunes, 17 de diciembre de 2012

Foto con Santa por tercer año consecutivo

2010

2011


2012
El Papá Noel es el mismo de siempre. Polémico. Esta vuelta ni siquiera se lo sentó encima. Vamos a tener que buscar otro representante para el año que viene. No se sostiene más frente a la indignación de la madre. Indefendible.

miércoles, 12 de diciembre de 2012

21 años de súper dulce de leche

El fin de semana pasado visitamos la sucursal La Horqueta de Helados Daniel y volví a pedir después de mucho tiempo súper dulce de leche, uno de los gustos estrella de la heladería insignia de Zona Norte. El nombre del sabor es bastante literal: tiene partes desiguales de helado de dulce de leche y de dulce de leche natural. Combinadas potencian al máximo el nivel de azúcar en sangre. En la fan page de Daniel en Facebook dice que la heladería inventó ese gusto en 1991. También dice lo mismo del sabor alfajor de chocolate, aunque me permito poner ese dato en duda ya que estoy casi seguro de que el helado de alfajor de chocolate recién fue creado a fines de la década del 90. Lo cierto es que muchos años después (no frente al paredón de fusilamiento, sino caminando por la calle) habría de recordar esa tarde remota de agosto de 1991 en la que conocí el súper dulce de leche. Tenía 11 años. Por aquel entonces, las heladerías cerraban en invierno con lo cual a partir de agosto empezaba la peregrinación diaria al local esperando la reapertura que le daba inicio a la temporada estival. Generalmente eso ocurría más cerca de septiembre, pero ese 1991 inolvidable debe haber sido una de las últimas veces que Daniel no trabajó el año corrido -si no la última- y abrió sus puertas antes de lo previsto. Ante la emoción, un sábado fue, corrí a ver qué lo nuevo en la heladería. Ya me habían comentado en el colegio acerca del dulce de leche con pedazos de dulce de leche natural (¡dulce de leche al cuadrado!) así que no dudé en pedirlo. Como segundo gusto de ese vasito agregué un sabor que para mí era nuevo, aunque éste no fue inventado por Daniel: tramontana. El súper dulce de leche fue uno de mis preferidos durante los 90s. En los albores del nuevo milenio nos separamos y no volví a pedirlo por mucho tiempo. El hiato se interrumpió el sábado pasado.

martes, 11 de diciembre de 2012

Pesebre alla unmigone

Mientras algunos son fanáticos del arbolito y compiten por ver quien tiene el más alto y más decorado, en casa, ahora más nunca, le damos a full al pesebre. Este año incorporamos los animales (burro y vaca) y, como novedad novedosa, construimos un modelo a escala del portal, fabricado con una estructura de fibra fácil con detalles decorativos de ramitas simil troncos, techo quinchado de paja y piso de pasto. Voila!

lunes, 10 de diciembre de 2012

Mes-ci

Gracias Leo
Por los goles
Por tener un apellido fácil de pronunciar para que Pedro pueda gritarlo, sea quien sea el que haya anotado.

viernes, 7 de diciembre de 2012

Londres es la ciudad Apple

Exactamente un mes después de bajar del 777 dejo esta reflexión final sobre la ciudad de Londres y cierro de esta manera el episodio viaje hacia ese destino hasta la próxima, no sé cuando, pero espero que sea pronto, antes de los 1000 días.
No soy un fundamentalista de la marca de la manzanita, alguna vez dije ésto sobre su creador, pero tengo unos conocimientos intermedios-avanzandos sobre sus productos y sobre la empresa en particular y puedo resaltar tres características principales sobre los dispositivos Apple:
1. son caros
2. son productos de buena calidad (o muy buena/excelente, dependiendo de quien los juzgue, pero nunca bajan de buena)
3. tienen un fuerte compromiso con el diseño y con el sentido de la estética
Esta idea me vino a la cabeza una mañana lluviosa caminando por uno de los parques centenarios (¿milenarios?) de la ciudad. Prometí traspasarla de la mente al blog. Mientras buscaba la salida por los laberínticos pasillos del Regent's se me vino a la mente esos puntos de contactos entre la ciudad y la empresa de Steve Jobs. Es que en Londres es así. Una ciudad que llama la atención por lo caro, pero un lugar en donde todo funciona bien (transporte, servicios, supermercados) y en donde predomina el valor estético y la armonia con el entorno. Fuerza de manera natural la duda que planteó el indio de Aurora Grundig en los 80: caro, pero el mejor. ¿Vale la pena pagar más para tener un buen servicio o producto? A veces sí. ¿Se disfruta más pagando caro con la certeza de que se recibirá a cambio buena/muy buena/excelente calida? Creo que sí. Y más cuando las brechas entre los precios de Londres y Buenos Aires se acortaron, inflación mediante, bastante. Nada peor en un viaje que sentir la cabeza que le picotea "pagaste una fortuna por esta berretada". En Londres, al menos, la última parte de la frase no sucede. Y en Apple, generalmente, tampoco. Cuando uso un iPhone, un iPad o una MacBook Pro me siento confiado, seguro. Y me olvido de lo que costó o cuesta tener ese producto. Disfruto del diseño y de la estética de la sencillez, también. Y lo mismo me pasó en Londres.

jueves, 6 de diciembre de 2012

Ahora, las tipas

Tenía pensado este post hace unos días. Lo de la nube no-tóxica de hoy me contuvo por un rato, pero si espero más tiempo va a pasar el momentos de las Tipuana tipu, Las tipas. Se trata de árboles con perfil mucho más bajo que los jacarandás que me encandilaron hace unas semanas, pero que en muchas plazas son compañeros y, por lo que leí, llegaron a la ciudad también de la mano de Carlos Thays. Durante estas últimas semanas dejaron caer sus flores amarillas alfombrando veredas y parques de Buenos Aires.
Hace un año, Clarín publicó un poético artículo sobre las tipas. Están bien, pero nada se compara con el esplendor de las hojas celestes-violetas-lilas del jacarandá. Además, las tipas me hacen acordar al flagelo del auto manchado por esa secreción que liberan. Cuando era muy chico y vivíamos en Martinez, una tipa que escupía y escupía sobre el Falcon acabó talada y reducida al mínimo, pobre.  

Reflexión desde el país de la paranoia

La Argentina debe ser el país menos preparado para las catástrofes. Lo digo sin datos duros y, corrijo, los argentinos somos las personas menos preparadas para los desastres. Por lo menos no cumplimos la condición fundamental cuando sorprende un acontecimiento como el de hoy a la mañana. ¿Cuál? Mantener la calma y no ceder ante la desesperación y el pánico. No lo digo por nada en particular que haya visto en el microcentro, aunque podría describir unas cuantas imágenes si fuera necesario. Es una sensación, me parece que estamos vulnerables y siempre al borde de la histeria colectiva. La imagen de Los Simpsons de la turba enfurecida dando vuelta un auto e incendiándolo está siempre latente cuando pasan estas cosas. La Ley de la Selva, el sálvese quien pueda, tambíén. Por las dudas, antes de que me pisen yo piso al otro, y zafo. Siempre estamos pensando en lo peor sin plantearnos la posibilidad de hacer un análisis objetivo, mucho menos de esperar a ver qué pasa. No es lo mismo, pero lo de esta mañana me hizo acordar a la época de la Gripe A, hace tres años, cuando había desabastecimiento de alcohol en gel. Uno de esos días estaba comprando un shampoo en Farmacity en la góndola de enfrente del alcohol en gel, que estaba saqueada, vacía. Cuando me estoy yendo avanzó el repositor con una caja del producto para limpiar y esterilizar las manos. Una horda de mujeres mayores, paquetas y desesperadas se le avalazaron encima y le empezaron a manotear los envases de Pervicol, desobedeciendo por supuesto la orden del cartel que mandaba: "Alcohol en gel: dos unidades por persona". El chico, de no más de 20 años, tuvo que refugiarse con la caja detrás del mostrador de remedios con receta, pedirle a las señoras que hagan una fila organizada y empezar a repartir. La medida estricta no fue bien recibida por las desesperadas consumidoras, que empezaron a discutir quién estaba primero, y quién había ya agotado su cupo para comprar. Así las cosas, cada cual listo para el apocalipsis y listos para vivir en un mundo con Gripe A y sin alcohol en gel. Parecido, pero diferente, pero similar en mi cabeza a lo que pasó hoy a la mañana.

miércoles, 5 de diciembre de 2012

Q' v v v

Con este acertijo ayer causé furor e indignación en el trabajo, en iguales proporciones.










¿Alguien se anima a adivinarlo?

martes, 4 de diciembre de 2012

Hay que afeitarse para la gala


La semana pasada me detuve unos 35 segundos a revisar la tapa de la revista Caras que tenía como tema a la gala por los 20 años de la publicación y hubo dos cosas que me llamaron la atención.
La primera es la calidad del montaje. Ya parece que ni se gastan y le dejan hacer el Photoshop al pasante de diseño de Editorial Perfil. Hay casos como el de Viviana Canosa que parece que estuviese sentada en la falda del Hombre Invisible.
La segunda es un comentario más careta pero que vale la pena reflexionar. De los cinco hombres que están en el pliego principal apenas uno (Sebastián Estevanez) se afeitó para la foto. Los otros cuatro (Tinelli, el de Graduados, Peter y Juan Darthes) ni siquiera se gastaron en corregir o emprolijar la barba de cuatro días para una supuesta gala que por definición es un evento con código de vestimenta elegante. En realidad, no es que no se lo hayan tomado en serio al tema de la fiesta. Todos portan costosísimos trajes de etiqueta por los cuales deben haber desembolsado cientos (o miles, en el caso de Marcelo) de dólares. Pero ninguno de ellos se tomó 15 minutos para rasurarse y aparecer mejor arreglado. Porque no se trata  en ninguno de esos casos de una barba consolidada como la de Lanata, por ejemplo, la que portan, ni esa nueva barba-sombra-perorolija como la de Germán Paoloski, si no que es claramente una descuidada barba crecida duarante cuatro o cinco días de dejadez. Si está de moda la barba crecida, la camisa desabrochdada hasta el cuarto botón y el rosario asomando por detrás será un tema para otra discusión. Pero si vas a ir a una gala para la cual te calzás un equipo carísimo, afeitate. A vos te hablo, Tinelli. Nada más.

domingo, 2 de diciembre de 2012

Aquí están, estos son

El 12 de octubre, disminuido emocionalmente luego a una mala racha de producción, presenté la campaña motivacional para poder terminar 2012 con un registro de tres cifras en las entradas de este blog. La movida me dio un impulso nuevo para crear, teclear y transpirar (a veces más, a veces menos). Pero hoy, a 2 de diciembre y con un margen de 30 días, celebro con orgullo de padre el placer por el objetivo cumplido (otro pequeño placer).
In your face, unmigone!
Ahora vamos por todo: hay que superar la marca de 212 posts de 2011.