lunes, 13 de abril de 2020

Cuarentena Día 28

Estoy saliendo a la calle una o dos veces por día. Me cambio, me pongo ropa de calle. Ropa contaminada que después cuelgo en el perchero de casa. Un jean, un sueter y las zapatillas que quedan confinadas en el hall de entrada del departamento cada vez que vuelvo. De ahí me desinfecto, o sea, me lavo las manos y después me baño. Y, la peor parte de todas, le paso alcohol a todos los productos que me compré. Me cambio, me pongo ropa limpia. Si vuelvo a salir, ese u otro día, el proceso inverso. Me saco la ropa limpia y me pongo la ropa de calle.
No considero que salir a la calle sea un acto de valentía. No soy el eternauta, ni siquiera Charles Ingalls que sale a cazar liebres para llevar el pan a la mesa. Más bien lo considero un ejercicio de libertad. Es el momento del día en el cual puedo estirar un poco las piernas. 
A la mañana me levanto generalmente primero. Estoy escuchando mucho "Ya no mires atrás", el disco postumo de Spinetta. Lo pongo a la mañana mientras todos se van levantando y llegando a la cocina. Ayer, Joaqui le dijo a Agus que le gustaba despertarse con esa música tranquila. Pedro, en cambio, llegó de mal humor quejándose de que lo levantaron con "esa música malísima". 

No hay comentarios: