jueves, 18 de noviembre de 2010

Última oportunidad a Twitter

Hace unas semanas (11 para ser exacto) intenté darle una segunda chance a Twitter. Comenté allí que de entrada esta red social no me había gustado pero que todos los enfermos que tuitean adictivamente aseguran que es un camino de ida. Dejé de lado mis prejuicios y empecé a intentar interactuar en el mundo de 140 caracteres. Incluí un gadget al costado del blog, invité a seguirme, me inspiré, escribí, tuiteé (o tweetee, ¿cómo se escribe?)... me aburrí y me desinflé. Y abandone... en su agonía, lo dejé morir lentamente. Y borre la ventana de updates.
A veces, casi siempre cuando camino por la calle, se me ocurren cosas, temas tuiteables, potenciales mensajitos sub-140 caract que después olvido.
Ahora, de la mano de mi nuevo objeto de deseo y su correspondiente app decidí darle una nueva oportunidad al pajarito. La tercera. La última me parece.
Tuitearé y seré millones, o miles, o cientos, o decenas, o 19, como ahora.
Volví a poner el gadget. Si quieren seguirme, estoy en @unmigone. Y si quieren que los siga, también.

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