Ya de entrada es raro tener que estar exiliado en un país dentro de otro país: la embajada de Ecuador (y cualquier otra embajada) son suelo extranjero en suelo extranjero. En Los Simpsons, me acuerdo cuando Homero jugaba con esa idea y saltaba de un lado al otro en la Embajada de Estados Unidos en Australia hasta recibir un golpe del marine.
En efecto, los policías están ahí esperando que el tipo vuelva a poner su patita sobre el suelo británico y yo los vi. Así como el año pasado me había entretenido un rato viendo a los indignados y su Occupy London, este año fui otra vez a por un paseo que se saliera del circuito tradicional y los landmarks. En realidad, no fue algo que me propuse, pero caminando por South Kensington, el coqueto barrio en donde paré las dos primeras noches, empecé a notar que proliferaban los edificios de embajadas. Primero vi la de Francia, después la de Venezuela, que me llamó la atención un poco más. Y así, los colores de la bandera de la República Bolivariana me encendieron la lamparita. "Por acá tiene que estar la embajada de Ecuador, en donde vive Julian Assange", pensé para adentro. Cuando por fin conseguí un lugar con conexión wifi pude poner en el Google embajada Ecuador Londres dirección y ver que uno de los resultados era 3 Hans Crescent London SW1X 0LS,justo detrás de Harrods, un lugar de peregrinación para mí por aquellos días. Listo, paso a ver qué hay.
Si hubiera quedado en la otra punta de la ciudad no había chance de que me acercara al lugar, pero al estar tan a mano valía la pena la posterior decepción de ver que en realidad el paseo no era más que la visita a una casa victoriana. En efecto, la única sorpresa con la que me encontré en el lugar fue descubrir que Colombia y Ecuador, dos naciones hermanas pero que muchas veces tuvieron conflictos que los llevaron casi a la guerra, comparten instalaciones en Londres. De un lado del edificio, la bandera de Colombia; en la otra punta, la de Ecuador. Son muy parecidas, a tal punto que maldije cuando pensé que había anotado mal la dirección.
Por supuesto que no vi nada que me llame la atención especialmente, salvo un camión de policía que después pude comprobar que estaba ahí para impedir que el fundador de Wikileaks huya del Reino Unido y no para custodiar a la(s) dos embajada(s). Una foto y a seguir con el viaje.
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