Tenía pensado este post hace unos días. Lo de la nube no-tóxica de hoy me contuvo por un rato, pero si espero más tiempo va a pasar el momentos de las Tipuana tipu, Las tipas. Se trata de árboles con perfil mucho más bajo que los jacarandás que me encandilaron hace unas semanas, pero que en muchas plazas son compañeros y, por lo que leí, llegaron a la ciudad también de la mano de Carlos Thays. Durante estas últimas semanas dejaron caer sus flores amarillas alfombrando veredas y parques de Buenos Aires.
Hace un año, Clarín publicó un poético artículo sobre las tipas. Están bien, pero nada se compara con el esplendor de las hojas celestes-violetas-lilas del jacarandá. Además, las tipas me hacen acordar al flagelo del auto manchado por esa secreción que liberan. Cuando era muy chico y vivíamos en Martinez, una tipa que escupía y escupía sobre el Falcon acabó talada y reducida al mínimo, pobre.
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