jueves, 26 de marzo de 2020

Cuarentena Dìa 9

Hoy operaron a Agus de apendicitis y peritonitis. Se levantó a la mañana sin dolor, pero después del desayuno me dijo que le estaba doliendo "parecido" a la otra vez.
La otra vez fueron, en realidad, otras veces. Esta sería la quinta internación por cálculos renales. En 2014 le terminaron sacando la vesícula. La operaron vía paróscopía y le sacaron ese órgano lleno de piedras que eran como cereales Nesquik.
El año pasado, ya embarazada, estuvo internada en julio por cólicos renales y en agosto. El sábado 16 de agosto a la madrugada entramos al triage con una embarazada de 35 semanas. 5 días después nos fuimos con un catéter JJ y una bebé que quedó internada en neo por una semana más.
Dicen que sólo el dolor de parto es equivalente al dolor que aplican en el cuerpo los cálculos renales. Agus tuvo los dos dolores seguidos, uno atrás del otro. Y casi no se quejó. Es la persona más valiente que conozco. Y la que tiene el umbral del dolor más alto también.
Hoy, cuando el dolor empezó, le dije que no perdiéramos tiempo. Descarté llamar a la ambulancia, pensando en que iban a tardar cuatro horas en mandar a un venezolano que le iba a sugerir revisarse en la guardia. Yo no podía llevarla, porque teníamos a tres chicos confinados. Probamos con Uber, pero Uber no está prestando servicio. Cabify. Descargué la app, cargué los datos de la tarjeta y a los cuatro minutos Álvaro estaba esperando abajo en un Ford Ka.
En la guardia la pasaron al triage de siempre, y le dijeron que probablemente sean cálculos otra vez. Le dieron morfina.
A las 2 perdí contacto con ella. A las 4 me dijo que le iban a hacer una tomografía y a las 5 me confirmó que era apendicitis y la operarían a las 7.
Los chicos se quedaron tranquilos en casa, hicimos algo de tarea, jugaron a los Playmobil -contra la voluntad de PEdro y en desazon de Joaquina- y vieron películas.
Hoy no salí.
A las 9 y media, después de comer, llegó el parte médico. Elena, con el teléfono de Agus, explicó el cuadro. Tiene que quedarse internada por lo menos dos noches más.
En el hospital está bien, dice. Le preocupa que tengamos comida.
A mí me preocupa todo. Lo que vendrá después sobre todo. Los pagos, las clases, las cuentas. Cómo seguir. La tele habla bolucedeces y el presidente también. Congelan los alquileres. Qué lindo es repartir plata cuando no es tuya. Me tomé otro Rivotril, pero no mucho más porque tengo que estar pendiente por si Guada se despierta a la noche.

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