A Pedro le gustaba mucho ir a la plaza a jugar. Su mamá lo llevaba a la plaza todas las tardes. Antes de salir, cargaban el bolso con la pala, el rastrillo, los baldes, los moldes y algún que otro cachivache más y partían muy contentos a encontrarse con otros chicos.
En la plaza, además de chicos, también había grandes, mamás, papás, abuelos, algún perro que se colaba y hasta un payaso que venía a veces y le cobraba a los chicos 5 pesos para hacerles globos con formas de animales.
A Pedro le divertía mucho ir a la plaza porque ahí podía jugar con sus amigos con los que se prestaban todos los baldes, rastrillos y palas y compartían mucho. A veces jugaban en los toboganes, otras veces se subían a un caballo con resorte para el cual hacían cola pacientemente para esperar su turno, y otras veces se subían a las hamacas, entre otras diversiones que tenía la plaza de Pedro.
Un día, llegó un chico un poco más grande andando en un aparato muy extraño. Todos los chicos se le acercaron y le preguntaron.
-¿Qué es eso?
-Es un triciclo- respondió el chico.
-¿Un qué?
-Un triciclo. Es como una bicicleta pero más chico y tiene tres ruedas.
-¿Y para qué sirve el triciclo?
-Yo lo uso para ir a todas partes. La acompaño a mi mamá a la farmacia, al chino, voy a la casa de mis abuelos y también lo uso para ir al cole.
Todos los chicos se quedaron impresionados con el triciclo, y Pedro también. Así que esa noche fue y le pidió a sus papás que le regalaran un triciclo para el cumpleaños. Pero como su cumpleaños ya había pasado hace poco y sus Papás le habían regalado una pista, le dijeron que si se portaba muy bien, le podía pedir un triciclo a Papá Noel, que Papá Noel le traía regalos a los chicos que se habían portado muy bien durante todo el año.
Así que Pedro se portó muy bien algunos días, más o menos otros y hasta algún que otro día se portó mal. Pero cada vez que se acordaba de Papá Noel hacía un esfuerzo para portarse bien.
Cuando faltaban dos semana para Navidad, sus papás lo llevaron a Pedro a conocer a Papá Noel, que recibía todos los pedidos de los chicos en un shopping. A Pedro no le gustó mucho conocer a Papá Noel, le dio un poco de miedo. Además, su Mamá dijo que tenía olor y que parecía un viejo amargado. Ah, y también se habían olvidado de escribir la cartita con lo que quería Pedro para esa Navidad (un triciclo, claro). Pero dos días después se organizaron mejor y volvieron a ir a visitar a Papá Noel, que esta vez atendía en una casa de madera y parecía que ese día estaba de mucho mejor humor que la otra vez. Hasta le dio a Pedro una bolsa con caramelos.
Y así pasaron los días y llegó el día de Nochebuena, el día antes de Navidad. Ese día hacía mucho calor, pero mucho mucho calor. Por suerte, estaban en la casa de sus abuelos y se pudieron bañar en la pileta toda la tarde. Pero llegó la noche y seguía haciendo calor, así que se volvieron a meter en la pileta mientras todos comían el postre. Y mientras estaban en la pileta, ¿a que no saben quién llegó?:
Papá Noel
Papá Noel Papá
1 comentario:
I truly love your website.. Excellent colors & theme.
Did you create this site yourself? Please reply
back as I’m hoping to create my own blog and want to know where you got this from or exactly what the theme is named.
Appreciate it!
my page: adult video games
Publicar un comentario