A pesar del calor intenso, poca gente refrescaba sus cuerpos en las ahora cálidas aguas de La Mansa ese jueves de la primera semana de enero de 2013. Preferían, acaso, refugiarse bajo la pertinente opacidad generada por la sombrilla o, a lo sumo, mojar sus pies en la orilla sin entregar toda su humanidad al mar (río, técnicamente).
Raro.
Nosotros, sin embargo, agarramos la tabla y nos metimos con Pedro. Ensayamos algunas maniobras, practicamos algunos saltos y fuimos mar-río adentro. Desde lejos viene una señora y me encara:
-¿Tú estás viendo si hay tapiocas?
-No, ni idea.
-Por que me dijeron mis amigos que hay pila, yo todavía no las veo.
-Más que verlas se sienten, yo todavía no las siento- mentí.
Me estaba picando muy molestamente, pero no quería alarmar a Pedro. No fue que pasaron 30 segundos desde que cortamos diálogo con la uruguaya interesada en tapiocas cuando llegó el momento en que se le transformó la cara, puso su mejor expresión de pánico y soltó un grito que se escuchó desde toda la playa:
-Piiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiicaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa.
Mierda.
No pasó mucho más que la molestia de sentir una ligera picazón en las partes en donde más molesta tenerla. El agua ayudó a calmar un poco y las heridas de ocasión quedaron por unos días.
A la vuelta de las vacaciones busqué información sobre las tapiocas. No encontré mucho más que algunas notas destacando la presencia de estas pequeñas medusas en las playas del Este y este artículo pequeño en un manual escolar de Uruguay. Dice:
Tal vez alguna vez te bañaste en el mar y sentiste que el agua estaba llena de “grumos” fáciles de tocar y difíciles de observar. Al salir del agua te encontraste con tu cuerpo lleno de pequeñas gotas que al tocarlas comprobaste que no eran líquidas
sino gelatinosas. Estos Cnidarios, comúnmente llamados tapiocas, son hidromedusas y en nuestras costas los géneros más comunes son Liriope y Clytia siendo las primeras más pequeñas y más tóxicas.Generalmente aparecen juntas pero siempre predomina Liriope.
Lo que me queda claro es que tapiocas el el nombre vulgar de las Liriope y Clytia. Por lo demás, el título del post es engañoso.
Y me pregunto también si esta es una de esas anécdotas que a Pedro adolescente le harán sentir verüenza de su padre que las recuerda (y, peor aún, las escribe). Probablemente sí.
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