viernes, 11 de abril de 2014

Abbey Road, para el otro lado


Un domingo lluvioso, hace un año y medio y muy temprano a la mañana, crucé por la senda peatonal de Abbey Road, casi esquina Groove End Road. Esa excursión no formaba parte de mi derrotero londinense, pero tuve que improvisar. Había llegado muy temprano al centro para hacer algunas compras y las tiendas de Regent Street no abrían sino hasta las 11 (rookie mistake).
La idea de ir a ver una esquina con mucha gente sacándose fotos mientras cruzaba y algún automovilista nervioso suplicando que se apuren para hacer la toma no me divertía mucho. En realidad, sí me divertía un poco, pero al tratarse de un muy retirado del Centro, la ecuación costo-beneficiono no me resultaba rentable. Ahora, frente a este nuevo escenario en el cual no tenía nada que hacer durante las próximas tres horas, la situación era diferente. Así que agarré wifi, configuré Maps, me até los cordones y puse marcha rumbo norte.
Primera sorpresa: Baker Street (me suena). Elemental, la casa de Sherlock Holmes. Debe haber algo allí. 200, 210, pum! 221b. The Sherlock Holmes Museum. Poca gente. Vuelta por el gift shop, encaro para la casa "Sir, do you have the ticket?". Ah, ¿hay que pagar? Mejor no. Sigo un rato, por acá tiene que estar el parque... listo: Regent's Park. Entro y salgo en 25 minutos de ese parque circular muy lindo y desemboco en una avenida. Un par de vueltas más por las serpentinadas calles de London y encuentro Groove End, que desemboca en el comienzo de Abbey Road. ¡Llegué!
Como era presumible, no había mucho para ver. Apenas unas casas residenciales, la senda peatonal en cuestión y los Studios. Ni siquiera había muchos turistas intentando emular la portada del disco homónimo. Apenas un grupo de chinos. Tenía que hacer algo ya que había caminado hasta allí. Junté fuerzas y le pedí a un chinito que me sacara una foto (para que me diga que sí le ofrecí tomarle una a él y me dijo, "nah, dejá"; pero la foto la sacó) Sentí alivio de haber podido al menos retratar ese momento.
Pero el confort se convirtió en desilusión creciente con el tiempo. Primero, porque crucé la calle al revés, de derecha a izquierda. Segundo porque la calidad de la imagen es malísima (¡el chinito la sacó movida!). En fin, me verás volver, Abbey Road.
El otro día, cuando leí este artículo de The Guardian sobre las tapas de los álbumes clásicos en Google Street View me acordé de esa mañana de domingo de noviembre de 2012.

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