lunes, 24 de mayo de 2021

Cuarentena Día 435

Intrascendente. 

El peor insulto que se me ocurre hoy, la peor afrenta que se puede espetar a una persona, es esa que describe a un sujeto cuya capacidad de influir sobre otro es nula. 

En el último tiempo armé mi lista de intrascendentes:

Tinelli, Matías Martín, Alberto, los medios en general. 

Son los primeros que se me vienen a la mente. 

De las pocas conclusiones que puedo sacar de estos más 400 días de cuarentena es cómo el capital de credibilidad de alguna gente se ha extinguido. 

Si alguna vez me importó lo que decía Matías Martin o su opinión sobre algún determinado tema, hoy me parece intrascendente. ¿Cambié yo? ¿cambió él? 

No tiene importancia. 

Es algo que pasó. Hoy, lo sigo escuchando y siento esa sensación de que la canción sigue siendo la misma y no la quiero oir más. ¿Otra radio igual? ¿otro ranking de canciones? ¿otro especial de Sumo? ¿Dónde está la magia? 

También dejé de consumir medios de comunicación, noticieros y televisión en general. Me parecen intrascendentes. Apenas leo y veo lo mínimo indispensable. No sos vos, soy yo, creo. 

Una de las pocas cosas buenas que trajo la pandemia es la claridad para detectar lo trascendente de lo importante, lo verdadero de lo irrelevante.

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