Antes de apenas empezar a hacer el ritual post salida (dejar la bolsa, sacarse los zapatos, lavarse las manos) Guada me vio entrar y dijo "papa". No importa si quiso decir Papá, era por el Sumo Pontífice o por un tubérculo comestible.
Todos los que estábamos ahí la escuchamos.
Se refería a mí.
Apenas un día después de tirar sus primeros pasos, Guada hizo su primera sinapsis entre verbalización y contexto.
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