En Aloha Cameron convoca a muchos actores de primera-primerísima línea (Bradley Cooper, Emma Stone, Bill Murray, Alec Baldwin) para involucrarnos en un proyecto rarísimo. Malo, para muchos, El capricho de filmar en Hawai, para otros.
Yo lo que más rescato es el intento de crear esos mundos fantásticos que son el terreno fértil para ese choque de fuerzas. De buenos y malos. De David contra Goliat. Del rock contra el resto.
La ingenuidad, también. El optimismo. Esos componentes que empujan a seguir adelante a los personajes. A enfrentarse a los gigantes.
Y, por último, los sueños. Los sueños de los buenos.
Y los buenos ganan.
De eso se trata el rock.
Y de eso se tratan las películas de Cameron Crowe.
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