El retail, es decir, el canal de ventas minorista sufre doblemente. A la crisis de baja de consumo, que lleva X meses de caída, la sangría le llega por el lado de la transformación digital. No hay datos de eso, pero muchas empresas reacomodan su estructura de costos vendiendo exclusivamente por internet y regelgando sus locales a la calles a meros y reducidos showrooms.
Para muestra, sobra un botón (un click, en este caso): "Mercado Libre, una isla de crecimiento en el medio de la crisis argentina".
Sin embargo, hay casos de éxito en épocas de crisis.
¿Oportuncrisis? Puede ser.
Así como la crisis de 2001 nos trajo las Medialunas del abuelo (medialunas ligeramente más baratas que las de panadería, a fuerza de inventario limitado, probablemente reducción de márgenes, y mucha economía de escala) ahora florecen en Buenos Aires algunos ejemplos interesantes.
El primero es el de la Tomasso. Modelo creado alla Medialunas... Pizza, empanadas, medialunas y algo más hasta un 60 por ciento más baratas que las de los jugadores tradicionales. Locales pequeños y algo de astucia. Resultado: alta rotación, cola de gente pidiendo derivados de harinas.
El segundo, en la misma manzana es todavía más llamativo: el local de ropa Frida. Regla 1 del consumidor: Si hay 20 personas esperando con ardiente paciencia entrar a un local de no más de 30 m2, quiere decir que adentro hay algo o muy bueno o muy barato.
Parece que en Frida se combinana ambas cosas.
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