Hace más de cinco años, cuando recién empezaba a relatar aventuras en este blog publiqué un post sobre semáforos. Empezaban por aquel entonces a florecer en la ciudad las luces de tránsito con temporizador de cuenta regresiva.
Postee incluso un video que ilustraba el funcionamiento del semáforo peatonal de MT y Callao, uno de los pocos que había en Buenos Aires todavía entonces. Ahora los semáforos con la leyenda que dice cuánto tiempo real falta para que corte y que nos permiten calcular si cruzamos o no son algo común.
En algunos lugares, San Isidro por ejemplo, los semáforos tienen un cartel en el travesaño con la cantidad de tiempo que falta para que termine el rojo. Todo una conquista para los ansiosos, que somos casi todos.
La cuentra regresiva y los semáforos inteligentes no solucionan el tema del tránsito pero sí varios problemas que antes teníamos y ahora ya no más.
- ¿Cruzar o no cruzar? Con el hombre que titila no alcanza, pero una cuenta franca de cuánto tiempo falta para que cambie la luz ayuda mucho mejor a calcular si nos mandamos o no.
- Esperar es más llevadero. En los cruces con varios cambios de semáforos, el cartel que anticipa cuánto falta hace que la angustia por saber lo que falta para que llegue nuestro turno para pasar se mucho menor.
- Orden. Con más información en los semáforos para automovilistas y peatones hay menos caos en los cruces y, por qué no, menos accidentes.
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