Anoche, leyendo la nota de tapa de la última
Rolling Stone, pensaba en lo groso que es
Flea; un loco de 48 años que parece de 25 y que la sigue rockeando igual o más que en 1983. Todo eso, a fuerza no de descontrol sino, según cuenta en la nota, sostenido por disciplina, estudio (el año pasado tomó cursos de bajo y de trompeta), deportes (hace surf cada vez que puede con su amigo
Anthony Kiedis), meditación y vegetarianismo.
Tiene la cantidad exacta de tatuajes y el cuerpo y la actitud para poder portarlos. Nunca vi a nadie que le queden bien tantos tatuajes, salvo a él.
Lo admiro un poco más cada día.
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