SÍ al recargo por frío

En este último tiempo me da la sensación de que se ha enrarecido el debate en torno a los supermercados chinos. Estos autoservicios, que cosechan fanáticos y detractores a diario, están ocupando un lugar cada vez más importante en nuestras conversaciones. Debe ser que este incremento que va de la mano de la cantidad de "chinos" que abren sus puertas cada mes en la ciudad y en el conurbano.

Mucho se ha dicho de ellos, parte seguro es leyenda, parte debe ser verdad; yo, personalmente, no tengo una opinión formada sobre si banco o no a estos supermercados porque tengo una sóla experiencia primaria. Es con el que está en frente de casa, una parada obligatoria casi diaria para comprar lo que falta para la noche y visitar a Li, el chino de unos 30 años que es amo y señor del Azcuénaga y con quien tenemos una excelente relación.

Debate aparte, lo que sí me gustaría profundizar es acerca de una práctica que no sé si la inauguraron los chinos pero que seguro que es una marca registrada de estos lugares: el recargo por el frío. Esta tendencia, para mí es un gran sinceramiento en un momento en donde la mentira y el engaño están a la orden del día en todo el mundo supermercadístico (entiéndase: ofertas que confunden, precios que aumentan y no concuerdan con lo que se lee en la góndola, etcs).

En ese sentido, avisar -e incluso discriminarlo en el ticket- creo, es nada menos que un acto de coraje de los orientales. Es decir, yo pago más por sacar la Coca de la heladera pero me garantizo que esta tarde, con 35° de ST, voy a poder tomarla fría sin necesidad de mendigarle hielo al freezer. Evito así, el disgusto que me he llevado más de una vez en Disco cuando tuve que llevar la bebida casi natural porque las heladeras no estaban al 100% (y ese día nadie me devolvió los 20c).

El argumento, pocas veces esgrimido cuando se arman los encendidos debates acerca de la calidad de los alimentos y la higiene en los supermercados chinos (como si en todos fuera lo mismo) me inclina la balanza un poquito más hacia su lado. Sin embargo, no me alcanzaría a poder emitir un juicio de valor absoluto porque el 90% de mis experiencias en uno de estos lugares fue en el local de Li y compañía. Me voy a tomar una Coca bien fría mientras lo pienso bien.